Hay momentos en los que nos sentimos abrumados porque notamos que tenemos un gran peso sobre nuestros hombros, o porque nos vemos inmersos en muchas cosas a la vez y nos parece que no podemos manejarlas a todas. Es que solemos perdernos en los vericuetos de cosas que, en realidad, son secundarias y perdemos foco acerca de lo que verdaderamente tiene un sentido especial para nosotros.
Lo mejor, en estos casos, es establecer prioridades.
Así, el panorama se aclara y tenemos la posibilidad de hacer un mejor uso de nuestra energía.
Entonces, si estás en una de estas situaciones que tanto estrés provocan, piensa detenidamente en tus prioridades. De ser posible, haz una lista, por escrito. Incluye temas tales como: familia, amigos, pareja, salud, hijos, profesión, vivienda, estudios y, también, cualquier otro tema que te esté perturbando (por ejemplo, una situación tensa con tu jefe o tu vecino).
Ahora, pon los elementos de esta lista en orden de importancia. ¿Qué es lo más prioritario para ti? ¿Cómo te sientes con respecto a estos aspectos? ¿A qué le estás prestando demasiada atención y, en realidad, ha quedado relegado porque has logrado plenitud en otras áreas mucho más esenciales en tu vida?
Tener las prioridades bien en claro te permitirá enfocarte y disfrutar lo que consideras básico para ti, y minimizar todo aquello que esté en segundo plano. También, podrás darte cuenta que hay muchas áreas de tu vida en la que estás en equilibrio, y de este modo utilizarás mejor tu energía para solucionar todo lo que tiende a sacarte de este equilibrio.
¿Has hecho la lista de prioridades? ¿Qué has descubierto?
viernes, 16 de abril de 2010
domingo, 11 de abril de 2010
Desapego, Clave de la felicidad
Desapego, Clave de la felicidad
El Mundo con el que te relacionas está creado por la Mente.
Sólo tu, puedes hacerte feliz y todos los momentos presentes lo son porque tú estás en ellos. Y hoy, en el eterno presente, en el aquí y el ahora, tú serás feliz aunque hoy te acompañe esto o lo otro. Y podrás ir pasando de un momento a otro en la vida disfrutándolo plenamente, sin llevar cargas emocionales del pasado. Y como los lirios del campo y los pájaros del cielo estarás libre de preocupaciones viviendo siempre el Eterno presente.
Buda dijo:
El mundo está lleno de sufrimientos; la raíz del sufrimiento es el apego;
la supresión del sufrimiento es la eliminación del apego.
El desapego podría definirse como "carencia de sed". Piensa en el ánimo de una persona desesperada por la sed y en el de alguien que no la tiene. Observa mentalmente la diferencia. ¿En cual ves paz, tranquilidad, seguridad y en cual lo contrario? Ahora observa el mundo, la infelicidad que hay en torno y dentro de ti. ¿Qué la causa? La situación económica, el desempleo, las guerras, la soledad ...
Si observas bien, verás que no es nada de esto, porque si esto se solucionara aparecerían otros temas que seguirían causando la infelicidad. ¿Entonces qué es?.
Es que esa infelicidad la llevas contigo donde vayas. Esa infelicidad está en ti y no puedes escapar de ti. Está en tu programación, en tu computadora cerebral, son tus creencias; esas que te parecen tan lógicas que ni siquiera sabes que te tiranizan y esclavizan.
Tu mente no deja de producir infelicidad. Ahora, si lo analizas, verás que hay una sola cosa que origina la infelicidad: el deseo-apego.
¿Y qué es el apego?
Es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o persona determinada, originado por la creencia de que sin esa cosa o persona, no es posible ser feliz.
Tu mente dice: No puedes ser feliz si no tienes tal o cual cosa, o si tal persona no está contigo. No puedes ser feliz si tal persona no te ama. No puedes ser feliz si no tienes un trabajo seguro. No puedes ser feliz si no das seguridad a tu futuro. No puedes ser feliz si estás solo. No puedes ser feliz si no tienes un cuerpo a la moda. No puedes ser feliz si los otros actúan así. Y cuantos mas 'No puedes ser feliz si....'
Tu mente está programada para demostrarte constantemente (si no es por una cosa, es por otra) que no puedes ser feliz. ¡Todo esto es falso!
Tu eres feliz aquí y ahora; pero no lo sabes, porque tus falsas creencias y tu manera deformada de ver las cosas te han llenado de miedos, de preocupaciones, de ataduras, de conflictos, de culpabilidades ... Si lograras ver a través de esa maraña, comprobarías que eres feliz y no lo sabes.
No hay un solo momento en tu vida en el que no tengas cuanto necesitas para... Ser Feliz.
Todas las cosas a las que te apegas, y sin las que estás convencido que no puedes ser feliz, son simplemente tus motivos de angustias. Lo que te hace feliz no es la situación que te rodea, sino los pensamientos que hay en tu mente..
El apego es un estado emocional que tiene dos puntas, una positiva y otra negativa. La positiva es el estado de placer y la emoción que sientes cuando logras aquello a que estás apegado. La negativa es la sensación de amenaza y la tensión que lo acompañan, lo que te hace vulnerable al desorden emocional y amenaza constantemente con hacer añicos tu paz.
Observa bien: Si no se consigue el objeto del apego, origina infelicidad; y si se lo consigue solo produce un instante de placer seguido de la preocupación y el temor a perderlo. ¿Podemos ganar la batalla contra los apegos? Si, renunciando a ellos. Cambiando nuestra programación.
Haz una lista de todo lo que te tenga apegado y dile a cada una:
"En realidad no estoy apegado a ti en absoluto. Tan solo estoy engañándome a mi mismo creyendo que sin ti no puedo ser feliz"
Y si tu apego se refiere a una persona di:
"Te dejo que seas tú mismo; que tengas tus propios pensamientos, que satisfagas tus propios gustos, que sigas tus propias inclinaciones, que te comportes tal como decidas hacerlo.
Te libero con Amor y me libero con Amor"
Ahora estás en condiciones de amar a esa persona. ¿Por qué? Porque Amar, no es querer. Lo que quieres, quieres poseerlo. Cuando quieres a alguien para ti, solo le estás poniendo una cadena al cuello, y estás atándote del otro lado.
El Amor solo puede existir en libertad. Elige entre tu apego y la felicidad. Lo que necesitas no es renunciar, sino comprender, tomar conciencia. Si tus apegos te han ocasionado sufrimiento, esa es una gran ayuda para comprender, y si alguna vez experimentaste el sentimiento de libertad te será útil recordarlo. Borra en ti el ¡que feliz me haces! y el ¡esto me hace feliz.!
Sólo tu, puedes hacerte feliz y todos los momentos presentes lo son porque tu estás en ellos. Y hoy, el eterno presente, el aquí y ahora, tu serás feliz aunque hoy te acompañe esto o lo otro. Y podrás ir pasando de un momento a otro en la vida, disfrutándolo plenamente, sin llevar cargas emocionales del pasado. Y como los lirios del campo y los pájaros del cielo estarás libre de preocupaciones viviendo siempre el Eterno presente.
¿De donde llegó tu apego? Brotó de una mentira que llega desde tu cultura, tu sociedad, o desde tu mismo, o sea de tu programación. Simplemente observa: miles de personas viven sin eso que tu supones dueño de tu felicidad; y si revisas tu pasado encontrarás algo que en un momento dado supusiste insustituible, y que el tiempo te demostró que no era así. Hoy ya ni las recuerdas. ¡Mira que pequeñas eran!.
El cambio se produce únicamente cuando unes el conocimiento a la comprensión; observa que son las columnas del Altar de la Sabiduría.
La clave: Desprogramarse, soltar las ataduras. ¿Qué es tu programación?
Eso que llevas dentro de tu computadora cerebral, que se formó acumulando los datos recibidos. Tu cultura, tus ideas, tus creencias, tus miedos, tus apegos, tus hábitos.
He aquí los nombres de los muros de tu prisión, he aquí los nombres de la maraña que filtra toda la información que te llega. Analízalos uno por uno, ya que el camino no es renunciar, ni poner fuerza de voluntad. No combatáis el mal... El camino es la visión, agrandar el bien contrario.
Tu cultura:
Sea la que fuere, hay otras culturas diferentes, hay otras personas que viven perfectamente sin ella, por lo tanto no es la única. No es la dueña de la verdad.
Tus ideas:
Cuando conoces a alguien, lo etiquetas. Para ti es simpático, o desagradable, o triste, o tonto. Pues, eso seguirás viendo en esa persona ya que esa es la idea que tienes de esa persona.
Tu ves a las personas, no como son, sino de acuerdo a la idea que tienes de ella. Sin embargo, otras personas pueden tener una idea diferente a la que tu te hayas hecho, por lo tanto tampoco es la única infalible o valedera. Esto vale no solo con respecto a las personas, sino que involucra a todas tus ideas.
Tus creencias:
Actúas como un fanático cerrado a todo lo que pueda poner en tela de juicio tus creencias. ¿Te asusta el fanatismo en otro?, pues eso es lo que nos hacen ser nuestras falsas creencias. Observa las consecuencias de los fanatismos extremos, ellos se basan en creencias tan arraigadas que no permiten la entrada de otras opiniones diferentes.
Tus miedos:
Si supieras que van a matarte, no podrías dejar de pensar en eso. Esto hacen tus miedos, fijan tu mente solamente en ellos. Y si tienes tu mente fija en ellos, no vives tu vida, no puedes ser feliz, nada habrá que pueda alegrarte, verás todo desde el lado mas oscuro. Esta no solo es la peor de las ataduras, sino que es la puerta por donde entra todo lo negativo. La energía sigue al pensamiento, si tu pensamiento es un constante negativo, como podrían manifestarse en tu vida cosas bellas. Si tu mente se revuelca en un laberinto de terror, es eso lo que lamentablemente atraes para ti; luego ella se encarga de hacerte ver que aquello malo que temías, ha sucedido. Lo que no te dice es que ella lo ha creado con sus pensamientos. El miedo hace la combinación perfecta para llevar a la manifestación lo que temes; ya que combina pensamiento, sentimiento y palabra. Cierra esta puerta oscura y abre la del Amor con todo tu corazón, ya que el Amor es lo contrario al temor, llénate de Amor y poco a poco tus temores irán perdiendo fuerza.
Tus apegos:
Como un avaro cuidando su dinero, fingirás no ver mas que lo que pone en peligro tus apegos. Recuerda que son el motivo del sufrimiento. Si le preguntamos a alguien si le gusta sufrir, con seguridad contestará que no. Y si ya sabemos cual es el motivo del sufrimiento tratemos de no darle poder a nada externo a nosotros.
Tus hábitos:
Tienes costumbres, formas que de tanto hacerlas son habituales y lógicas para ti. Es tu parte-robot, que sirve para realizar actos mecánicos, pero no, para enjuiciar a la vida.
Como ves:
El mundo con el que te relacionas y al que amas, es un mundo creado por tu propia mente y tiene muy poco que ver con el mundo real, ¿ porqué no crear con tu propia mente tu mundo de LUZ ? La clave es comprender y tomar conciencia. Entonces todo lo que te esclaviza se va a ir desmoronando, va a ir perdiendo poder en ti y tu propia creatividad va a ir reemplazando al robot mecánico, rígido y falto de vida que eras. Ya no vas a admirar a una flor porque la sabes bonita, sino vas a poder penetrar la esencia de todas las flo res. Y no vas a ver el mar, como un pescador de forma mecánica, sino como la belleza y grandeza que le ofrece a tu vista.
Solo en la medida en que seas capaz de ver a alguien tal como realmente es, aquí y ahora, no tal como es en tu memoria, en tu deseo y en tu imaginación. Sólo así podrás realmente amarla
Tu mente, tu cultura, tus creencias...
Anthony de Mello las ilustra perfectamente: Una turista occidental contemplaba, llena de admiración, el collar de una nativa. "¿De qué está hecho? ", le preguntó. "De dientes de caimán, Señora", respondió la nativa. "¡Ah, ya!. Supongo que los dientes de caimán tendrán para ustedes el mismo valor que para nosotros tienen las perlas... "¡En absoluto!. Una ostra puede abrirla cualquiera."
Como puedes observar, las distintas culturas y ubicaciones hacen diferentes los valores, por lo que ningún valor que dependa de lo externo es real y absoluto. Los que han alcanzado la iluminación comprenden que un diamante no es mas que una piedra a la que la mente humana ha dado valor. Y que los reyes son lo grandes o lo pequeños que tu mente decida que sean. Y que todo tiene el valor que tu le das...
La felicidad y la desdicha dependen de cómo afrontemos los acontecimientos, no de la naturaleza de los acontecimientos en sí (Anthony de Mello)
Redescubrirte a ti mismo, es simplemente redescubrir la Vida en plenitud que puedes alcanzar, si te propones eliminar las rejas que tu mismo te pusiste.
"La Nueva Era requiere nuevos hombres. Y el Nuevo Hombre surge del reencuentro consigo mismo. Surge al rellenar el abismo que os separa de la Realidad. Surge por la fuerza apelativa del Amor. Surge por el esfuerzo reintegrativo en un Todo Mayor".
"La energía sigue al pensamiento. Por eso los que creen en cosas equivocadas, igual que los que creen solamente en lo que es limitado a sus vidas, reivindican para si mismos la prisión espiritual..."
Clara Delgado, Porras, Coa
El Mundo con el que te relacionas está creado por la Mente.
Sólo tu, puedes hacerte feliz y todos los momentos presentes lo son porque tú estás en ellos. Y hoy, en el eterno presente, en el aquí y el ahora, tú serás feliz aunque hoy te acompañe esto o lo otro. Y podrás ir pasando de un momento a otro en la vida disfrutándolo plenamente, sin llevar cargas emocionales del pasado. Y como los lirios del campo y los pájaros del cielo estarás libre de preocupaciones viviendo siempre el Eterno presente.
Buda dijo:
El mundo está lleno de sufrimientos; la raíz del sufrimiento es el apego;
la supresión del sufrimiento es la eliminación del apego.
El desapego podría definirse como "carencia de sed". Piensa en el ánimo de una persona desesperada por la sed y en el de alguien que no la tiene. Observa mentalmente la diferencia. ¿En cual ves paz, tranquilidad, seguridad y en cual lo contrario? Ahora observa el mundo, la infelicidad que hay en torno y dentro de ti. ¿Qué la causa? La situación económica, el desempleo, las guerras, la soledad ...
Si observas bien, verás que no es nada de esto, porque si esto se solucionara aparecerían otros temas que seguirían causando la infelicidad. ¿Entonces qué es?.
Es que esa infelicidad la llevas contigo donde vayas. Esa infelicidad está en ti y no puedes escapar de ti. Está en tu programación, en tu computadora cerebral, son tus creencias; esas que te parecen tan lógicas que ni siquiera sabes que te tiranizan y esclavizan.
Tu mente no deja de producir infelicidad. Ahora, si lo analizas, verás que hay una sola cosa que origina la infelicidad: el deseo-apego.
¿Y qué es el apego?
Es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o persona determinada, originado por la creencia de que sin esa cosa o persona, no es posible ser feliz.
Tu mente dice: No puedes ser feliz si no tienes tal o cual cosa, o si tal persona no está contigo. No puedes ser feliz si tal persona no te ama. No puedes ser feliz si no tienes un trabajo seguro. No puedes ser feliz si no das seguridad a tu futuro. No puedes ser feliz si estás solo. No puedes ser feliz si no tienes un cuerpo a la moda. No puedes ser feliz si los otros actúan así. Y cuantos mas 'No puedes ser feliz si....'
Tu mente está programada para demostrarte constantemente (si no es por una cosa, es por otra) que no puedes ser feliz. ¡Todo esto es falso!
Tu eres feliz aquí y ahora; pero no lo sabes, porque tus falsas creencias y tu manera deformada de ver las cosas te han llenado de miedos, de preocupaciones, de ataduras, de conflictos, de culpabilidades ... Si lograras ver a través de esa maraña, comprobarías que eres feliz y no lo sabes.
No hay un solo momento en tu vida en el que no tengas cuanto necesitas para... Ser Feliz.
Todas las cosas a las que te apegas, y sin las que estás convencido que no puedes ser feliz, son simplemente tus motivos de angustias. Lo que te hace feliz no es la situación que te rodea, sino los pensamientos que hay en tu mente..
El apego es un estado emocional que tiene dos puntas, una positiva y otra negativa. La positiva es el estado de placer y la emoción que sientes cuando logras aquello a que estás apegado. La negativa es la sensación de amenaza y la tensión que lo acompañan, lo que te hace vulnerable al desorden emocional y amenaza constantemente con hacer añicos tu paz.
Observa bien: Si no se consigue el objeto del apego, origina infelicidad; y si se lo consigue solo produce un instante de placer seguido de la preocupación y el temor a perderlo. ¿Podemos ganar la batalla contra los apegos? Si, renunciando a ellos. Cambiando nuestra programación.
Haz una lista de todo lo que te tenga apegado y dile a cada una:
"En realidad no estoy apegado a ti en absoluto. Tan solo estoy engañándome a mi mismo creyendo que sin ti no puedo ser feliz"
Y si tu apego se refiere a una persona di:
"Te dejo que seas tú mismo; que tengas tus propios pensamientos, que satisfagas tus propios gustos, que sigas tus propias inclinaciones, que te comportes tal como decidas hacerlo.
Te libero con Amor y me libero con Amor"
Ahora estás en condiciones de amar a esa persona. ¿Por qué? Porque Amar, no es querer. Lo que quieres, quieres poseerlo. Cuando quieres a alguien para ti, solo le estás poniendo una cadena al cuello, y estás atándote del otro lado.
El Amor solo puede existir en libertad. Elige entre tu apego y la felicidad. Lo que necesitas no es renunciar, sino comprender, tomar conciencia. Si tus apegos te han ocasionado sufrimiento, esa es una gran ayuda para comprender, y si alguna vez experimentaste el sentimiento de libertad te será útil recordarlo. Borra en ti el ¡que feliz me haces! y el ¡esto me hace feliz.!
Sólo tu, puedes hacerte feliz y todos los momentos presentes lo son porque tu estás en ellos. Y hoy, el eterno presente, el aquí y ahora, tu serás feliz aunque hoy te acompañe esto o lo otro. Y podrás ir pasando de un momento a otro en la vida, disfrutándolo plenamente, sin llevar cargas emocionales del pasado. Y como los lirios del campo y los pájaros del cielo estarás libre de preocupaciones viviendo siempre el Eterno presente.
¿De donde llegó tu apego? Brotó de una mentira que llega desde tu cultura, tu sociedad, o desde tu mismo, o sea de tu programación. Simplemente observa: miles de personas viven sin eso que tu supones dueño de tu felicidad; y si revisas tu pasado encontrarás algo que en un momento dado supusiste insustituible, y que el tiempo te demostró que no era así. Hoy ya ni las recuerdas. ¡Mira que pequeñas eran!.
El cambio se produce únicamente cuando unes el conocimiento a la comprensión; observa que son las columnas del Altar de la Sabiduría.
La clave: Desprogramarse, soltar las ataduras. ¿Qué es tu programación?
Eso que llevas dentro de tu computadora cerebral, que se formó acumulando los datos recibidos. Tu cultura, tus ideas, tus creencias, tus miedos, tus apegos, tus hábitos.
He aquí los nombres de los muros de tu prisión, he aquí los nombres de la maraña que filtra toda la información que te llega. Analízalos uno por uno, ya que el camino no es renunciar, ni poner fuerza de voluntad. No combatáis el mal... El camino es la visión, agrandar el bien contrario.
Tu cultura:
Sea la que fuere, hay otras culturas diferentes, hay otras personas que viven perfectamente sin ella, por lo tanto no es la única. No es la dueña de la verdad.
Tus ideas:
Cuando conoces a alguien, lo etiquetas. Para ti es simpático, o desagradable, o triste, o tonto. Pues, eso seguirás viendo en esa persona ya que esa es la idea que tienes de esa persona.
Tu ves a las personas, no como son, sino de acuerdo a la idea que tienes de ella. Sin embargo, otras personas pueden tener una idea diferente a la que tu te hayas hecho, por lo tanto tampoco es la única infalible o valedera. Esto vale no solo con respecto a las personas, sino que involucra a todas tus ideas.
Tus creencias:
Actúas como un fanático cerrado a todo lo que pueda poner en tela de juicio tus creencias. ¿Te asusta el fanatismo en otro?, pues eso es lo que nos hacen ser nuestras falsas creencias. Observa las consecuencias de los fanatismos extremos, ellos se basan en creencias tan arraigadas que no permiten la entrada de otras opiniones diferentes.
Tus miedos:
Si supieras que van a matarte, no podrías dejar de pensar en eso. Esto hacen tus miedos, fijan tu mente solamente en ellos. Y si tienes tu mente fija en ellos, no vives tu vida, no puedes ser feliz, nada habrá que pueda alegrarte, verás todo desde el lado mas oscuro. Esta no solo es la peor de las ataduras, sino que es la puerta por donde entra todo lo negativo. La energía sigue al pensamiento, si tu pensamiento es un constante negativo, como podrían manifestarse en tu vida cosas bellas. Si tu mente se revuelca en un laberinto de terror, es eso lo que lamentablemente atraes para ti; luego ella se encarga de hacerte ver que aquello malo que temías, ha sucedido. Lo que no te dice es que ella lo ha creado con sus pensamientos. El miedo hace la combinación perfecta para llevar a la manifestación lo que temes; ya que combina pensamiento, sentimiento y palabra. Cierra esta puerta oscura y abre la del Amor con todo tu corazón, ya que el Amor es lo contrario al temor, llénate de Amor y poco a poco tus temores irán perdiendo fuerza.
Tus apegos:
Como un avaro cuidando su dinero, fingirás no ver mas que lo que pone en peligro tus apegos. Recuerda que son el motivo del sufrimiento. Si le preguntamos a alguien si le gusta sufrir, con seguridad contestará que no. Y si ya sabemos cual es el motivo del sufrimiento tratemos de no darle poder a nada externo a nosotros.
Tus hábitos:
Tienes costumbres, formas que de tanto hacerlas son habituales y lógicas para ti. Es tu parte-robot, que sirve para realizar actos mecánicos, pero no, para enjuiciar a la vida.
Como ves:
El mundo con el que te relacionas y al que amas, es un mundo creado por tu propia mente y tiene muy poco que ver con el mundo real, ¿ porqué no crear con tu propia mente tu mundo de LUZ ? La clave es comprender y tomar conciencia. Entonces todo lo que te esclaviza se va a ir desmoronando, va a ir perdiendo poder en ti y tu propia creatividad va a ir reemplazando al robot mecánico, rígido y falto de vida que eras. Ya no vas a admirar a una flor porque la sabes bonita, sino vas a poder penetrar la esencia de todas las flo res. Y no vas a ver el mar, como un pescador de forma mecánica, sino como la belleza y grandeza que le ofrece a tu vista.
Solo en la medida en que seas capaz de ver a alguien tal como realmente es, aquí y ahora, no tal como es en tu memoria, en tu deseo y en tu imaginación. Sólo así podrás realmente amarla
Tu mente, tu cultura, tus creencias...
Anthony de Mello las ilustra perfectamente: Una turista occidental contemplaba, llena de admiración, el collar de una nativa. "¿De qué está hecho? ", le preguntó. "De dientes de caimán, Señora", respondió la nativa. "¡Ah, ya!. Supongo que los dientes de caimán tendrán para ustedes el mismo valor que para nosotros tienen las perlas... "¡En absoluto!. Una ostra puede abrirla cualquiera."
Como puedes observar, las distintas culturas y ubicaciones hacen diferentes los valores, por lo que ningún valor que dependa de lo externo es real y absoluto. Los que han alcanzado la iluminación comprenden que un diamante no es mas que una piedra a la que la mente humana ha dado valor. Y que los reyes son lo grandes o lo pequeños que tu mente decida que sean. Y que todo tiene el valor que tu le das...
La felicidad y la desdicha dependen de cómo afrontemos los acontecimientos, no de la naturaleza de los acontecimientos en sí (Anthony de Mello)
Redescubrirte a ti mismo, es simplemente redescubrir la Vida en plenitud que puedes alcanzar, si te propones eliminar las rejas que tu mismo te pusiste.
"La Nueva Era requiere nuevos hombres. Y el Nuevo Hombre surge del reencuentro consigo mismo. Surge al rellenar el abismo que os separa de la Realidad. Surge por la fuerza apelativa del Amor. Surge por el esfuerzo reintegrativo en un Todo Mayor".
"La energía sigue al pensamiento. Por eso los que creen en cosas equivocadas, igual que los que creen solamente en lo que es limitado a sus vidas, reivindican para si mismos la prisión espiritual..."
Clara Delgado, Porras, Coa
La clave para un amor duradero
¿Qué se necesita para tener una relación que dure a través del tiempo? Escucha los consejos de esta gran consejera de vida y autora de best-sellers.
Karen Salmansohn ¿Quieres saber qué causa la ruptura de muchas relaciones en el mundo?
Como autora de best-sellers y consejera emocional, puedo decirte en tres actos por qué sucede:
Primer Acto: Me lastimaste.
Segundo Acto: Como tu me lastimaste, yo te lastimé.
Tercer Acto: tú me lastimas más porque te acabo de lastimar, entonces yo te lastimo aún más. Después tú me lastimas otra vez, y yo te lastimo de nuevo. Otra vez tú me lastimas porque yo te acabo de lastimar, y yo te lastimó todavía más, etc.
El punto: es fácil portarse frío, humillante e insensible con alguien quien te ha dicho o hecho algo que tú percibes como frío, humillante o insensible.
Pero ése es el punto. Eso es lo más fácil de hacer.
Normalmente la mayoría de la gente no es mala como especie. Simplemente somos débiles.
Se requiere de esfuerzo para poder hablar de forma valiente, consciente, tierna y abierta sobre el dolor que sentimos, antes de que todo nos caiga encima negativamente.
Sí, se requiere de esfuerzo para tomar la vía difícil y poder expresar tus debilidades y tus preocupaciones con sencillez y cariño. Pero este esfuerzo vale la pena. Porque el amor y la conexión son tus verdaderas fuentes de felicidad. No el dinero, ni los zapatos, ni los autos deportivos, y definitivamente tampoco la satisfacción de sentirte bien acerca de alguien o algo. Aunque sé que esta última a veces nos hace sentir que en realidad somos felices, pero al final sólo nos trae más miseria que gloria.
La próxima vez que alguien a quien tú estimas te haga algo malo, haz un esfuerzo, sé valiente y mata a ese monstruo mientras que aún es pequeño.
Con esto en mente, aquí te doy algunas sugerencias de comunicación para que las recuerdes siempre:
1. Escoge el momento y el lugar adecuado.
¿Tienes por lo menos 30 minutos de tiempo sin interrupciones? ¿Estás en un lugar en donde tu pareja siente que él o ella puede hablar abiertamente y sin prejuicios? ¿Acaso estás en un restaurante ruidoso, en donde es difícil escuchar y necesitas gritar, incluso antes de que tu pareja te motive a hacerlo? Normalmente el mejor lugar para hablar es tu propia casa, a solas, en donde pueden sentarse y verse uno al otro, y a los ojos. Muchos psicólogos sugieren tomes de la mano a tu pareja mientras hablan. Esto ayuda a mantener una conexión cálida durante los momentos más difíciles de la conversación.
2. Antes de comenzar una conversación difícil, deja en claro con tu pareja que tu objetivo es sólo mejorar la relación.
Admite que reconoces que hablar de temas difíciles puede resultar incómodo, pero que prefieres tener una conversación difícil ahora, a tener una relación menos íntima, decadente y poco sincera después. Recuérdale a tu pareja cuánto lo/la valoras. Halaga algunas de sus cualidades que aprecies. En general, debes de estar 100% seguro/a de que tu pareja entienda completamente tu objetivo, y que crea que hablando incrementarán su amor, sin lastimarse, y antes de comenzar con la discusión.
3. Si estás disgustado/a con tu pareja por algo en específico, trata de no generalizarlo al decir “Siempre haces esto. Siempre haces aquello”.
Generalizar simplemente intensificará el estado emocional de tu pareja, pues es mucho más vago y poco creíble. Seamos honestos. Un “siempre” es en realidad algo muy poco probable. Los psicólogos están de acuerdo en limitar la plática al evento específico y reciente que los está molestando. Pues hacer ofensas sobre situaciones pasadas es evidencia inadmisible.
4. Sé consciente y trata de empezar la mayoría de tus frases con “Yo”.
Del mismo modo, trata de no empezar las frases con “Tú”.
La meta: sé dueño/a de tus sentimientos. No deshonres a tu pareja. Por ejemplo, trata de decir algo como: “Siento que ayer me estabas ignorando, y esto me ha dolido. Realmente necesitaba tu cariño después de que mi propuesta fue rechazada en la oficina”, en lugar de: “Eres frío/a, desalmado/a, y nunca me ofreces ni un poco de apoyo”.
5. Crea un beneficio obvio para hablar.
Planea algo para que tú y tu pareja quieran hablar de nuevo. En otras palabras, asegúrate de terminar la conversación enlistando conscientemente todas las cosas positivas que han aprendido gracias a la plática. Haz una lista específica de todas las nuevas acciones que ambos intentarán llevar a cabo para mantener la relación tan fuerte y cariñosa como sea posible.
¡Ah...y aquí es cuando la maravillosa recompensa de “sexo de reconciliación” debe de entrar! De esta forma, al terminar con una nota “positiva y gratificante”, la próxima vez que surja una conversación difícil asociarás esto con hablar de cosas positivas como: ¡“Hacer el amor, y no la guerra”!
Karen Salmansohn es consejera de vida y autora de 27 libros famosos, incluyendo los éxitos: “Basta”, “Maldita sea” y “Hasta dios es soltero (Así que ya no molesten)”.
Notas para recordar:
El no comunicarse es una solución fácil (pero no inteligente) para salir del problema. Admite que algunos aspectos del amor son difíciles.
Karen Salmansohn ¿Quieres saber qué causa la ruptura de muchas relaciones en el mundo?
Como autora de best-sellers y consejera emocional, puedo decirte en tres actos por qué sucede:
Primer Acto: Me lastimaste.
Segundo Acto: Como tu me lastimaste, yo te lastimé.
Tercer Acto: tú me lastimas más porque te acabo de lastimar, entonces yo te lastimo aún más. Después tú me lastimas otra vez, y yo te lastimo de nuevo. Otra vez tú me lastimas porque yo te acabo de lastimar, y yo te lastimó todavía más, etc.
El punto: es fácil portarse frío, humillante e insensible con alguien quien te ha dicho o hecho algo que tú percibes como frío, humillante o insensible.
Pero ése es el punto. Eso es lo más fácil de hacer.
Normalmente la mayoría de la gente no es mala como especie. Simplemente somos débiles.
Se requiere de esfuerzo para poder hablar de forma valiente, consciente, tierna y abierta sobre el dolor que sentimos, antes de que todo nos caiga encima negativamente.
Sí, se requiere de esfuerzo para tomar la vía difícil y poder expresar tus debilidades y tus preocupaciones con sencillez y cariño. Pero este esfuerzo vale la pena. Porque el amor y la conexión son tus verdaderas fuentes de felicidad. No el dinero, ni los zapatos, ni los autos deportivos, y definitivamente tampoco la satisfacción de sentirte bien acerca de alguien o algo. Aunque sé que esta última a veces nos hace sentir que en realidad somos felices, pero al final sólo nos trae más miseria que gloria.
La próxima vez que alguien a quien tú estimas te haga algo malo, haz un esfuerzo, sé valiente y mata a ese monstruo mientras que aún es pequeño.
Con esto en mente, aquí te doy algunas sugerencias de comunicación para que las recuerdes siempre:
1. Escoge el momento y el lugar adecuado.
¿Tienes por lo menos 30 minutos de tiempo sin interrupciones? ¿Estás en un lugar en donde tu pareja siente que él o ella puede hablar abiertamente y sin prejuicios? ¿Acaso estás en un restaurante ruidoso, en donde es difícil escuchar y necesitas gritar, incluso antes de que tu pareja te motive a hacerlo? Normalmente el mejor lugar para hablar es tu propia casa, a solas, en donde pueden sentarse y verse uno al otro, y a los ojos. Muchos psicólogos sugieren tomes de la mano a tu pareja mientras hablan. Esto ayuda a mantener una conexión cálida durante los momentos más difíciles de la conversación.
2. Antes de comenzar una conversación difícil, deja en claro con tu pareja que tu objetivo es sólo mejorar la relación.
Admite que reconoces que hablar de temas difíciles puede resultar incómodo, pero que prefieres tener una conversación difícil ahora, a tener una relación menos íntima, decadente y poco sincera después. Recuérdale a tu pareja cuánto lo/la valoras. Halaga algunas de sus cualidades que aprecies. En general, debes de estar 100% seguro/a de que tu pareja entienda completamente tu objetivo, y que crea que hablando incrementarán su amor, sin lastimarse, y antes de comenzar con la discusión.
3. Si estás disgustado/a con tu pareja por algo en específico, trata de no generalizarlo al decir “Siempre haces esto. Siempre haces aquello”.
Generalizar simplemente intensificará el estado emocional de tu pareja, pues es mucho más vago y poco creíble. Seamos honestos. Un “siempre” es en realidad algo muy poco probable. Los psicólogos están de acuerdo en limitar la plática al evento específico y reciente que los está molestando. Pues hacer ofensas sobre situaciones pasadas es evidencia inadmisible.
4. Sé consciente y trata de empezar la mayoría de tus frases con “Yo”.
Del mismo modo, trata de no empezar las frases con “Tú”.
La meta: sé dueño/a de tus sentimientos. No deshonres a tu pareja. Por ejemplo, trata de decir algo como: “Siento que ayer me estabas ignorando, y esto me ha dolido. Realmente necesitaba tu cariño después de que mi propuesta fue rechazada en la oficina”, en lugar de: “Eres frío/a, desalmado/a, y nunca me ofreces ni un poco de apoyo”.
5. Crea un beneficio obvio para hablar.
Planea algo para que tú y tu pareja quieran hablar de nuevo. En otras palabras, asegúrate de terminar la conversación enlistando conscientemente todas las cosas positivas que han aprendido gracias a la plática. Haz una lista específica de todas las nuevas acciones que ambos intentarán llevar a cabo para mantener la relación tan fuerte y cariñosa como sea posible.
¡Ah...y aquí es cuando la maravillosa recompensa de “sexo de reconciliación” debe de entrar! De esta forma, al terminar con una nota “positiva y gratificante”, la próxima vez que surja una conversación difícil asociarás esto con hablar de cosas positivas como: ¡“Hacer el amor, y no la guerra”!
Karen Salmansohn es consejera de vida y autora de 27 libros famosos, incluyendo los éxitos: “Basta”, “Maldita sea” y “Hasta dios es soltero (Así que ya no molesten)”.
Notas para recordar:
El no comunicarse es una solución fácil (pero no inteligente) para salir del problema. Admite que algunos aspectos del amor son difíciles.
martes, 6 de abril de 2010
Mejora emocional
Cuando basta es BASTA
En cualquier momento, puedes poner un punto final a eso que te estuvo molestando durante tanto tiempo.
Fue tu decisión, hasta ahora, seguir tolerando situaciones que te molestan y lacerarte internamente.
Ya lo intentaste todo: tratar de entender lo inentendible, de justificar lo injustificable.
Buscaste respuestas diferentes a lo que te dictaban tu mente y tu intuición (y en muchos casos también, el sentido común).
Callaste cuando creías conveniente, para no aumentar más la tensión reinante.
Escuchaste historias a las que les encontraste un parecido y por eso seguiste aguantando.
Tal vez incluso haya casos cercanos en los que te ves reflejada, y por eso supusiste que si le pasó a alguien tan allegado, es lógico que te pase a ti. Además, por alguna razón, tenías que reaccionar de igual modo.
Pero éste es un momento excelente para que reacciones. Para que digas BASTA. Para que te pares en tus dos pies, bien erguida, y decidas darle un giro nuevo y positivo a tu vida.
Nadie puede sumirte en la desesperación o en la angustia, salvo que tú les des el poder para hacerlo.
Entregarle a otra persona las riendas de nuestra vida, en el terreno que sea, puede ser peligroso.
Responsabilizarte de tus acciones y decidir qué tolerar y qué no es un acto que te enaltecerá antes tus propios ojos y ante los de los demás.
Cualquier día es bien propicio para tomar la decisión de poner límites y recuperar tu propia estima. Hoy mismo, puedes convertir lo que te molestaba en pasado y comenzar a construir un futuro brillante.
¿Te animarás a hacerlo?
El limite de la tolerancia
¿Cuál es el límite de la tolerancia?
Muchas veces, “aguantamos” situaciones que, decididamente, no nos merecemos. Es real que a las mujeres nos criaron con frases tales como “es tu marido, perdónalo, no le levantes la voz”, “es el padre de tus hijos, quien mantiene la casa”, “tu abuela aguantó cosas mucho peores” o comentarios desmoralizantes de este tenor.
Los hombres también escuchan frases limitantes durante su crianza, y muchos, al crecer, nunca contradecirían a sus mayores, aunque no tengan razón o les digan cosas que se contraponen a sus creencias.
Socialmente, queda mejor estar en compañía que solo. Muchas mujeres (y algunos hombres) aún creen que tener una pareja las valida como seres completos, respetables, dignas de la envidia o de la admiración de las demás, en especial, “las pobres que están solas”. Los problemas de autoestima que una persona tenga, no se solucionarán por ser “la mujer de” o por tener con quién salir un sábado por la noche. Si tienes un vacío existencial y tratas de taparlo con una compañía que no te hace feliz, lo único que lograrás será intensificarlo. Claro que no tener una pareja estable tiene un precio, mas el de estar mal acompañadas es mucho más alto.
¿Cuál es, entonces, el límite de la tolerancia? Para mí, está dado por la aparición de nuestra voz interna que se pregunta, exactamente, dónde está este límite. Y que nos dice que es hora de dejar de llorar y de lamentarnos, y que eso que percibimos sí que es una falta de respeto… Por más que en el entorno familiar o cultural hayamos visto ejemplos de personas que todo lo han soportado.
A partir de hoy, puedes decidir qué hacer. Aceptar sólo compañías que te hagan sentir bien y que saquen lo mejor de ti cuando estés con ellas, sean amigas, parejas, novios, esposos, amantes o jefes. Una vez que asumas el lugar que te corresponde como persona que se valora y que sólo acepta buenos tratos, tu entorno comenzará a modificarse, e incluso situaciones que ahora consideras poco factibles, se modificarán, dejarán de molestarte o de limitarte, y podrás acceder a ese bienestar tan preciado y que tanto anhelas.
Poniendo límites
Muchos problemas interpersonales (entre nosotros y los demás) sobrevienen al no poner los límites adecuados. Cuando se trata de los hijos, tenemos en claro que precisan límites y la importancia de este punto en la educación que les impartimos. Pero en el caso de los adultos que nos rodean, solemos dudar con respecto a qué punto llegar, en qué casos hacer algo, incluso medimos la reacción del otro… ¿Cómo ponerle límites a nuestra pareja, a nuestras amistades, a nuestro jefe?
Según el Dr. Gottman, “Poner límites es el primer paso en una estrategia diseñada para resolver problemas”.
Si te sientes agobiado por las presiones que recibes de otra persona, porque no te está dando tu lugar, porque tiene exigencias desmedidas, porque no te trata como te mereces o por la razón que consideres válida, ¡ha llegado el momento de “pintar la raya”!
Para poner límites:
No es preciso enojarse ni gritar, sino estar seguros del lugar que ocupamos y de qué queremos (o no queremos) en nuestra vida. Desde la seguridad interna, será fácil hacerlo con naturalidad. Hablemos claramente para explicar nuestra posición, con actitud firme.
Tengamos congruencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Si no sostenemos nuestras palabras con nuestros actos, no estamos poniendo un límite, sino malgastando nuestro tiempo y nuestra energía, y lo que es peor, desvalorizamos nuestras palabras. ¡Ya no creerán en ellas en el futuro!
No hace falta esperar a que una situación estalle: si te molesta una, dos o tres veces, es más que suficiente para que actúes.
Es necesario saber qué estamos dispuestos a aceptar y qué no, y defender nuestra postura. En una pareja, siempre se cede en algo y se hacen concesiones lógicas, es útil saber en qué situaciones no lo haremos.
También debemos saber qué queremos lograr (por ejemplo, que nos respeten, que no nos griten, que no hagan lo que quieran en situaciones que nos involucran).
En una pareja, además de las metas en común y de los proyectos compartidos, cada persona necesita alcanzar sus propios objetivos y poner sus propios límites. Si uno de los miembros de la pareja no lleva las riendas de su propia vida, le está dando al otro la posibilidad de que lo haga.
Recuerda que un límite flojo o poco claro se diluye en el tiempo… ¡Poner límites es sinónimo de protegerte y de respetarte!
En cualquier momento, puedes poner un punto final a eso que te estuvo molestando durante tanto tiempo.
Fue tu decisión, hasta ahora, seguir tolerando situaciones que te molestan y lacerarte internamente.
Ya lo intentaste todo: tratar de entender lo inentendible, de justificar lo injustificable.
Buscaste respuestas diferentes a lo que te dictaban tu mente y tu intuición (y en muchos casos también, el sentido común).
Callaste cuando creías conveniente, para no aumentar más la tensión reinante.
Escuchaste historias a las que les encontraste un parecido y por eso seguiste aguantando.
Tal vez incluso haya casos cercanos en los que te ves reflejada, y por eso supusiste que si le pasó a alguien tan allegado, es lógico que te pase a ti. Además, por alguna razón, tenías que reaccionar de igual modo.
Pero éste es un momento excelente para que reacciones. Para que digas BASTA. Para que te pares en tus dos pies, bien erguida, y decidas darle un giro nuevo y positivo a tu vida.
Nadie puede sumirte en la desesperación o en la angustia, salvo que tú les des el poder para hacerlo.
Entregarle a otra persona las riendas de nuestra vida, en el terreno que sea, puede ser peligroso.
Responsabilizarte de tus acciones y decidir qué tolerar y qué no es un acto que te enaltecerá antes tus propios ojos y ante los de los demás.
Cualquier día es bien propicio para tomar la decisión de poner límites y recuperar tu propia estima. Hoy mismo, puedes convertir lo que te molestaba en pasado y comenzar a construir un futuro brillante.
¿Te animarás a hacerlo?
El limite de la tolerancia
¿Cuál es el límite de la tolerancia?
Muchas veces, “aguantamos” situaciones que, decididamente, no nos merecemos. Es real que a las mujeres nos criaron con frases tales como “es tu marido, perdónalo, no le levantes la voz”, “es el padre de tus hijos, quien mantiene la casa”, “tu abuela aguantó cosas mucho peores” o comentarios desmoralizantes de este tenor.
Los hombres también escuchan frases limitantes durante su crianza, y muchos, al crecer, nunca contradecirían a sus mayores, aunque no tengan razón o les digan cosas que se contraponen a sus creencias.
Socialmente, queda mejor estar en compañía que solo. Muchas mujeres (y algunos hombres) aún creen que tener una pareja las valida como seres completos, respetables, dignas de la envidia o de la admiración de las demás, en especial, “las pobres que están solas”. Los problemas de autoestima que una persona tenga, no se solucionarán por ser “la mujer de” o por tener con quién salir un sábado por la noche. Si tienes un vacío existencial y tratas de taparlo con una compañía que no te hace feliz, lo único que lograrás será intensificarlo. Claro que no tener una pareja estable tiene un precio, mas el de estar mal acompañadas es mucho más alto.
¿Cuál es, entonces, el límite de la tolerancia? Para mí, está dado por la aparición de nuestra voz interna que se pregunta, exactamente, dónde está este límite. Y que nos dice que es hora de dejar de llorar y de lamentarnos, y que eso que percibimos sí que es una falta de respeto… Por más que en el entorno familiar o cultural hayamos visto ejemplos de personas que todo lo han soportado.
A partir de hoy, puedes decidir qué hacer. Aceptar sólo compañías que te hagan sentir bien y que saquen lo mejor de ti cuando estés con ellas, sean amigas, parejas, novios, esposos, amantes o jefes. Una vez que asumas el lugar que te corresponde como persona que se valora y que sólo acepta buenos tratos, tu entorno comenzará a modificarse, e incluso situaciones que ahora consideras poco factibles, se modificarán, dejarán de molestarte o de limitarte, y podrás acceder a ese bienestar tan preciado y que tanto anhelas.
Poniendo límites
Muchos problemas interpersonales (entre nosotros y los demás) sobrevienen al no poner los límites adecuados. Cuando se trata de los hijos, tenemos en claro que precisan límites y la importancia de este punto en la educación que les impartimos. Pero en el caso de los adultos que nos rodean, solemos dudar con respecto a qué punto llegar, en qué casos hacer algo, incluso medimos la reacción del otro… ¿Cómo ponerle límites a nuestra pareja, a nuestras amistades, a nuestro jefe?
Según el Dr. Gottman, “Poner límites es el primer paso en una estrategia diseñada para resolver problemas”.
Si te sientes agobiado por las presiones que recibes de otra persona, porque no te está dando tu lugar, porque tiene exigencias desmedidas, porque no te trata como te mereces o por la razón que consideres válida, ¡ha llegado el momento de “pintar la raya”!
Para poner límites:
No es preciso enojarse ni gritar, sino estar seguros del lugar que ocupamos y de qué queremos (o no queremos) en nuestra vida. Desde la seguridad interna, será fácil hacerlo con naturalidad. Hablemos claramente para explicar nuestra posición, con actitud firme.
Tengamos congruencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Si no sostenemos nuestras palabras con nuestros actos, no estamos poniendo un límite, sino malgastando nuestro tiempo y nuestra energía, y lo que es peor, desvalorizamos nuestras palabras. ¡Ya no creerán en ellas en el futuro!
No hace falta esperar a que una situación estalle: si te molesta una, dos o tres veces, es más que suficiente para que actúes.
Es necesario saber qué estamos dispuestos a aceptar y qué no, y defender nuestra postura. En una pareja, siempre se cede en algo y se hacen concesiones lógicas, es útil saber en qué situaciones no lo haremos.
También debemos saber qué queremos lograr (por ejemplo, que nos respeten, que no nos griten, que no hagan lo que quieran en situaciones que nos involucran).
En una pareja, además de las metas en común y de los proyectos compartidos, cada persona necesita alcanzar sus propios objetivos y poner sus propios límites. Si uno de los miembros de la pareja no lleva las riendas de su propia vida, le está dando al otro la posibilidad de que lo haga.
Recuerda que un límite flojo o poco claro se diluye en el tiempo… ¡Poner límites es sinónimo de protegerte y de respetarte!
viernes, 5 de febrero de 2010
Brenda Russell - Piano in the dark
rab
Temazo! el único hit pop de esta maravillosa cantante de gospel , de 1988
Temazo! el único hit pop de esta maravillosa cantante de gospel , de 1988
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