miércoles, 27 de mayo de 2009

El desamor

Diez claves para superar el desamor de su amado


El desamor duele pero nadie se muere.


• AMORES • No intente volver a buscar al novio que la botó y menos después de superado el sufrimiento y evite reincidir en el sexo con su ex.
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El que no haya estado en mal de amores, que levante la mano. Si la levantó, prepárese para una de las peores experiencias del ser humano y que sucede después de un sentimiento totalmente opuesto, como es el amor.
El abandono del ser amado duele, saca lágrimas, deprime, da taquicardia, puede sacar los más bajos sentimientos a relucir pero, por fortuna, tiene salida.

Eso sí, nadie sabe ni dónde ni cuándo se produce el salto a la vida normal. Ni Freud dejó una lista de instrucciones para salir de semejante dolor, que hace sentir a cualquiera miserable. En realidad no hay fórmula y cada quien la supera a su manera.

Sin embargo, hace poco apareció el libro de Patricia Castañeda, actriz que aclara que sus pretensiones no son ni de experta ni psicóloga, “sólo trato de mostrar la ironía de lo que se hace por desamor”, dice.

Patricia también aclara que no atraviesa esta situación, simplemente recordó experiencias propias, de amigos y familiares, y de ahí salió el “Manual para salir del desengaño”, un libro con 54 consejos para superar ese mal que así como sucede de un día para otro, puede quitarse de un momento a otro.

“Seguramente faltan otros mil, pero en estos hay una especie de manifiesto para que la gente no olvide todas esas locuras que se han hecho o que se deben hacer por amor y desamor”, explica Patricia.

Pero bueno, en el libro se nota en algo la solidaridad de género y se olvidó un poco de los hombres. “En realidad, son casi lo mismo y sólo hay que cambiar el ‘la’ por ‘él’”, afirma, aunque mirándolos a fondo, algunos consejos tienen ese toque femenino que identifica a las mujeres adoloridas.

El amor tiene sus niveles altos de felicidad y también ocurre lo contrario cuando no está funcionando la relación de pareja. Estos se pueden superar con pensamientos positivos en la nueva etapa de vida.

PARA SABER
Llorar • Flagelarse con canciones de despecho, tener un monólogo frente a sus mejores amigos, hacer de la foto del ex un tiro al blanco, convencerse de que su ex es un imbécil, cambiar de casa, hacer un shower de bienvenida a la soltería, por último, pensar que un clavo saca otro clavo.

Cita • Nunca busque al otro (a) causante del desengaño.

Agresión • Ni se le ocurra pensar en agredir a la persona que causó su separación. Eso no se lo perdona ni usted mismo y deja mucho que desear. Eso es violencia y no sale nada.

Víctima • No haga que la otra persona sienta lástima por usted. Si se muestra como víctima también se verá como imbécil. Las citas para ‘hablar’ quedan prohibidas. Algún día, cuando cada uno esté del otro lado se sientan y conversan.

Consuelo • Jamás busque la solidaridad de la familia, hermana, suegra, mejor amiga (o), hay que cortar, el corazón ya está roto y siga adelante.

Intensidad • Esto significa que más de tres llamadas a contar su dolor son demasiado. Llamar a sus amigas es un proceso que debe terminar.

No investigue • Es cierto, ya le recomendaron hacer de detective y comprobar todo con sus propios ojos, pero no siga investigando cada movimiento de la otra persona. ¡Ya se fue!

Reconquista • No intente volver a buscar a la novia (o) que la (o) botó y menos después de superado el periodo de sufrimiento. Evite además reincidir en el sexo con su ex. Es normal que cada persona diga que es capaz de dejar el corazón en la mesa de noche y no ‘rayarse’ la cabeza, pero es decisión suya.

Despecho • No vaya a repetir lo que le hicieron ni se vuelva ‘gata’, daña relaciones. En la vida todo se devuelve y en el amor todo se paga.

Sea buena • No sea una mala ex, al contrario, conviértase en una buena. Ser la o el ex de forma madura funciona casi siempre de maravilla. Los tratan como príncipes y princesas, les piden opinión y consejos, y hasta llegan a ser más importantes que la novia (o) cuando ese ex desnuda el alma. Busque resignación.


Cómo superar EL DESAMOR

A veces, el amor se acaba, pero ¿qué hacer cuando sólo ocurre en una de las dos partes?

Por los Licenciados Lily Fontán y Esteban Craig.–Psicólogos y Docentes Universitarios Especializados en Terapia e Integraciónde la Pareja–.


“ No lo soporto, no puedo más... Estoy aburrido, cansado, no tengo ganas de continuar esta historia y estoy seguro de que no puede funcionar. Son demasiados años oyendo lo mismo, aguantando los mismos comentarios y reproches, así que abandono, me retiro. Quiero iniciar una nueva vida”. Javier ha mantenido una relación estable durante diez años, pero, llegado este punto, hace balance y opta por el distanciamiento, la separación. Sin embargo, Susana no vive el proceso de la misma manera: “Yo lo quiero, llevamos muchos años juntos y no todo ha sido negativo como él dice. La relación puede mejorar, yo estoy dispuesta a poner todo de mi parte. No creo que por este bache tengamos que tirar la toalla. Lo quiero y lo necesito, es la persona más importante de mi vida. Cuando miro al futuro sólo me imagino mi vida con él”.
Estas son las dos caras de la misma relación: Javier y Susana sienten de manera distinta y contradictoria, algo inevitable en muchos procesos de desamor.

YA NO SIENTO LO MISMO
Cuando la persona que nos seducía ya no lo hace, experimentamos un cambio perceptivo: ya no responde a nuestras fantasías, expectativas, formas de sentir y actuar. Seguramente hemos evolucionado por caminos diferentes, abriéndose fisuras comunicativas. Cuando esto ocurre se va produciendo una distancia afectiva, hay pequeñas rupturas internas que van marcando una distancia física y afectiva.
“He sido yo la que he decidido distanciarme, tomarme un tiempo para pensar. Necesitaba echarlo de menos, sentir que es importante en mi vida y seguir convencida nuestra relación. Pero en este tiempo he tenido muchas dudas, he querido estar con él y he deseado estar sin él, sentimientos tan contradictorios... Intento encontrar una coherencia, definir mi postura y equilibrarme. Me gustaría volver a recuperar la ilusión. Muchas veces me pregunto por qué: ¿por qué no puede ser como antes? Todo esto me hace sentir terriblemente mal, estoy rota por dentro, tengo miedo y me siento tan sola...”. Ana mantiene una lucha contra sí misma, está viviendo un proceso de desamor al que se resiste. Todos tenemos miedo al cambio, a lo desconocido y, por eso, muchas veces nos empeñamos en continuar una
historia que no funciona o que no nos aporta lo que esperábamos.

QUIEN ROMPE TAMBIÉN SUFRE
Contrariamente a lo que se pueda pensar, la persona que toma la iniciativa de separarse también vive el proceso de desamor de una forma muy intensa: sufre mucho antes que la que no desea el cambio. Casi siempre hay señales que envía el desenamorado: falta de deseo sexual, evitación de contacto físico o intimidad, aburrimiento, etc. Aunque estos síntomas pueden darse en cualquier relación sin que haya desamor, lo evidente es que cualquier cambio en una de las partes repercute directamente en la otra. Puede que un día reconozcas que el amor ha desaparecido, o que amas a tu pareja de forma diferente (para bien o para mal).
El proceso de desamor puede durar semanas, meses o años, en los que afloran muchas emociones: tristeza, cólera, impotencia, deseo de independencia, miedo a la soledad... Nos sentimos enojados, engañados, extraños: ¿qué hago yo aquí?, ¿por qué me siento tan raro? Queremos que todo se arregle, que termine el dolor... son demasiadas emociones aparentemente contradictorias, pero que tienen su función.
Cuando el período ha sido lo suficientemente largo como para integrar todas estas vivencias, el adiós resulta menos doloroso, ya que vamos viviendo la despedida y haciendo el duelo durante el proceso de desamor, hasta llegar a la ruptura.

LA PEOR PARTE: EL ABANDONADO
La persona que sigue enamorada no puede, ni quiere, ver las señales que el otro le va enviando. No las acepta como reales o no considera que tengan tanta importancia porque no se plantea la posibilidad de una ruptura. Así, cuando la pareja se rompe entra en una crisis profunda, porque si bien la otra persona fue haciendo el duelo durante meses, quien
siente el desamor desde fuera y bruscamente debe hacerlo de golpe: “No entiendo nada, ¿por qué me deja si dice que me
quiere?”.
Uno dice “me voy”cuando es su momento, pero al otro le pueden quedar muchas cosas pendientes, muchas necesidades por cubrir en esa relación: “Estoy dispuesta a hacer lo que sea, lo que me pida. He aprendido de mis errores y voy a poner todo de mi parte para mejorar”. Esta actitud puede funcionar cuando la otra persona no tiene una decisión firmemente tomada. Pero otras veces la buena intención llega demasiado tarde.
LA CULPABILIDAD
La culpabilidad aparece muchas veces en el intento desesperado de recuperar a la persona amada: “Si hubiera escuchado lo que me decía, si me hubiera callado en lugar de exigirle. Le he fallado”. Pero el sentimiento de culpa nunca ayuda, no hagas cualquier concesión con tal de retener a la persona amada, ¡no vendas tu talma al diablo! Debes respetarte, reconocer tus derechos y necesidades. Plantéate qué le pides tú a una relación y que te está ofreciendo ésta: ¿realmente vale la pena?, ¿te sientes valorada?, ¿crees que no encontrarás a nadie mejor?... Desengáñate, todos hemos pasado por procesos de separación y hemos sentido pánico, miedo al cambio, a lo desconocido. Es lógico y normal. No adoptes la actitud más cobarde y peligrosa relegando tus propias necesidades, porque eso te pasará factura.
Cuando el desamor es irreversible tiene que ser aceptado. Pero hay que dar un tiempo para que cuerpo y mente se adapten. A veces quisiéramos despedirnos rápidamente, pero nuestras emociones nos lo impiden. Pasamos por infinidad de estados de ánimo, fantasías (ilusiones), fantasmas (miedos).
Hay un desajuste entre lo que pensamos, sentimos y buscamos. Entre lo corporal, lo emocional y lo mental. Y cuando equilibramos estos aspectos superamos la ruptura.
La vida va encadenando duelos. Evolucionar implica cambiar, perder cosas y sufrir. Quizás no nos demos cuenta, pero a lo largo de los años decimos adiós continuamente: a nuestra adolescencia, a nuestros padres y a la relación que tuvimos con ellos, al trabajo que dejamos, a la casa en la que vivimos, a una amiga que se desplaza o que ya no consideramos como tal, a un amigo que muere, a un amor imposible... En cada período dejamos atrás cosas irrecuperables. Y debe ser así, para poder ganar otras: Vivir el presente implica estar dispuesto a despedir el pasado, a cerrar etapas. No se trata de olvidarlas, sino de integrarlas como experiencias vitales, con lo bueno y lo malo.

ACEPTA TUS CONTRADICCIONES
Las rupturas no son fáciles y casi siempre implican contradicciones. Intentamos la ruptura, pero también el acercamiento. Sentimos una lucha interna para no desvincularnos del todo, aparece el miedo a la separación definitiva y el pánico a lo que nos depara una nueva fase de nuestra vida. Porque una cosa es lo que deseamos conscientemente y otra muy distinta lo que quiere nuestro inconsciente. Durante un tiempo, que no conviene prolongar demasiado, hay un choque entre lo que hacemos –mantener el vínculo– y lo que decimos desear –la ruptura–. Pero antes o después llega el equilibrio, cuando nos vamos ajustando a lo que deseamos en realidad. Lo único que podemos hacer es asumir que este doloroso proceso es inevitable y positivo para crecer como personas.

TRAS LA RUPTURA, BUSCA TU EQUILIBRIO
*Date un tiempo. Desearías que todo pasara rápido, que la agonía terminara, pero es inevitable experimentarla. Toda crisis conlleva un período más o menos largo de reflexión y aceptación de una realidad diferente. Hasta que se estabilicen tus emociones, pasarás de los recuerdos agradables a los desagradables, del deseo de que las cosas se solucionen al deseo de ruptura.
*Escucha tus emociones. ¡Aprende a sentirlas! Las emociones no surgen voluntariamente, están fuera del control racional y afloran espontáneamente, muchas veces cuando menos te lo esperas. Si te permites escucharlas en vez de negarlas, no te harán daño, y se convertirán en una fuente de autoconocimiento, ayudándote a conseguir la ansiada paz interior.
*Valora la soledad. Es importante sentir el vacío, si no lo sentimos y aceptamos, no podemos progresar. Al experimentarlo, poco a poco nos damos cuenta de qué queremos poner en su sitio. Es difícil que pasemos de una relación afectiva a otra sin un tiempo de duelo. Cuando ocurre es porque ya hemos hecho el proceso de duelo durante la relación, o porque tememos la soledad. Pero es imprescindible integrar lo vivido, perdonar y perdonarnos por los errores, para poder establecer otra relación con esa persona o disponernos a abrirnos a otros afectos.
*Rodéate de amigos. ¡Déjate querer! Deja que te acompañen y arropen en este proceso. Nadie puede ponerse en tu lugar ni vivir las emociones de este momento, ni decidir por ti, pero es sano sentir el apoyo y el cariño de tus seres más próximos.
*¡Desahógate! Los que te quieren pueden ofrecerte una perspectiva más amplia y enriquecedora de lo que estás viviendo y ayudarte desde el respeto. A pesar del desgaste emocional, las crisis nos permiten evolucionar.

LAS FASES DEL DESAMOR
Las razones por las que una persona desea partir y abandonar una relación son muy variadas: falta de entendimiento o de diálogo, aburrimiento, rutina, nuevas expectativas, evolución personal...
¿Qué más da la causa? Si alguien realmente desea partir, hay que aceptar sus motivos. Los comprendamos o no, sean absurdos o lógicos, estemos de acuerdo o no, son una realidad. El proceso de desamor tiene diferentes fases que conviene conocer:

1. Negación y aislamiento. La negación funciona como un amortiguador que nos protege del shock inicial. Hay una conmoción temporal cuando uno no tiene asimilada la situación y, pasado ese momento, la reacción habitual es: “No es cierto,esto no me está pasando a mí”.

2. Ira. Cuando se acepta la realidad de la situación aparece la rabia, el resentimiento, la impotencia contenida y la pregunta: “¿Por qué yo?”. Hay que dejar tiempo para que la ira desaparezca y no nos dañe.

3. Depresión. Aparece también una gran sensación de pérdida, de abandono. Es la impotencia de no poder hacer nada para cambiar la situación, y el tremendo e inevitable vacío que conlleva el desamor.

4. Aceptación. Pasadas las fases anteriores llega un momento de descanso, la lucha ha terminado y uno deja de resistirse a la evidencia. Este momento no está exento de dolor y sufrimiento, pero se desencadena inevitablemente después de haber intentado todo para recuperar a la persona amada.

Cinco consejos para superar un desamor
Cómo salir de un desamor

No siempre es fácil para una persona recuperarse después de un duro golpe en materia de amor. Pero, a veces, algunas cosas pueden funcionar para olvidarse rápidamente del mal trago vivido y continuar el camino de la vida con optimismo.



Cinco consejos para el desamor

Jamás intentes regresar hacia aquella persona que tanto daño te hizo. De nada te servirá volver y volver tras los mismos pasos. Estarás mostrando debilidad y estarás predisponiéndote para que te dañen nuevamente.

Jamás intentes el camino de los celos y la agresión. No es bueno mostrarse de esa manera con la persona que lo rechazo a uno. No te descargarás golpeando ni investigando y tratando de comprobar por propia vista lo que ha sucedido en realidad: sólo acumularás más ira.

Tampoco es bueno que intentes ponerte en el papel de la víctima e ir por la vida dando lástima. Nadie tiene ganas de escuchar sufrimientos que incluso tal vez ni valgan la pena. Debes ser fuerte y no demostrar fragilidad.

No andar llorando por los rincones será fundamental. Debes tomar esto con naturalidad e hidalguía. No será, probablemente, ni la primera ni la última vez que te suceda. La vida continúa y no puedes dejarte derrotar de esa manera. Ya encontrarás la persona indicada para ti.

De nada te servirá que comiences a llamar a todo el mundo para contarle lo sucedido. Andar haciendo públicas tus penas y tratar de poner personas de tu lado no es lo indicado. Él/ella es quien se pierde de estar contigo y no al revés, siempre debes recordar eso.
Como complemento, aquí puedes consultar un interesante artículo que versa sobre autoayuda para el desamor.

Autoayuda contra el desamor
La vida continúa

¿Quién no ha debido superar, en determinado momento de su vida, el duelo por una separación o el dolor por una ruptura de pareja? Cualquiera que lo haya experimentado, sabe que sólo el amor a la vida, a sí mismo y a los demás seres que habitan el mundo, puede rescatar de esos momentos de angustia, que se tiende a creer insuperables. Si estás sufriendo por desamor, la experiencia y el sentir de otros, que han pasado por lo mismo que tú, te serán de gran ayuda.

Sufrir por desamor es una experiencia tan habitual en la vida de las personas que hasta se han escrito libros enteros de Remedios para el desamor. Sin embargo, si estás pasando por una experiencia de este tipo, tal vez creas que nada puede ayudarte y sólo desees su presencia.

No le llames más: no permitas que te siga haciendo daño, mira hasta que punto otros han sentido los mismos locos impulsos que tú experimentas en este preciso momento, que alguien se ha encargado de agendarlo.

Hay frases para superar la angustia de la separación que pueden ayudarte, mientras te fortaleces y te abres al mundo, para saber que nunca estamos solos.

Algunas personas, ante una ruptura tienden a arrastrar consigo, todo el peso de la separación y se sienten culpables del desamor del otro, cuando lo que corresponde, al igual que ocurre con la división de bienes, es repartirse el desamor.

La música y la poesía son un refugio ideal para esos momentos, pero no te acerques a ellas para prolongar el sufrimiento, sino para canalizarlo y superarlo. Este tema de Joaquín Sabina, relata una experiencia de desamor. Lo de 19 días puede ser un tiempo prudencial, trata que no sea realidad lo de las 500 noches =)

Coti Sorokin tiene su versión en la Canción del adiós y muchos poetas más, han escrito sobre el desamor

Aquí va mi texto preferido. Se trata de las Instrucciones para olvidar y recordar amores del Subcomandante Marcos y vale reflexionar al respecto, ya que siempre existirán causas que superan en creces, el significado que pueda tener el desamor de una sóla persona, por más que esa persona sea la que hasta hoy has amado.

"Saquese despacio ese amor que le duele al respirar. Sacúdalo un poco para que despierte. Lávelo con cuidado, que no quede ni una sola impureza. Limpio y oloroso proceda a doblarlo tantas veces como sea necesario para tener el tamaño de la uña del dedo gordo del pie derecho.

Espere el paso de una hormiga, ser noble y generoso, y pásele la pesada carga. Ella lo llevará a guardar en alguna profunda caverna. Hecho esto, vaya y rellene, por enésima vez, la pipa de tabaco frente al mar de oriente. El olvido llegará conforme se termine el tabaco y el mar se acerque a usted.

Si quiere recuperar ese amor que ahora olvida, basta escribir una larga carta hablando de viajes desconocidos, hidras, molinos de viento, oficinas y otros mounstros igualmente terribles. A vuelta de correo tendrá su amor tal y como lo envío, acaso con un poco de polvo y sueño en la cubierta..."

Cómo superar el desamor
Hace ya unas semanas, leí un articulo que hablaba de “ Cómo sobrevivir al desamor”.
Es curioso, pero en muchos ejemplos ha los que hacia referencia me sentia identificada.
Os hago un “pequeño” resumen, por si fuera de vuestro interes.
Al ser un articulo bastante largo, lo haré en varios capítulos.

Cómo sobrevivir al desamor:
Toda ruptura sentimental conlleva una fase de duelo.
El mal de amor, cuando aqueja, destruye mucho en su camino y puede transmutar al dolorido en un niño frágil y abandonado.
Amar verdaderamente no es una habilidad innata y, como asignatura es de las más díficiles,
No es un mal que mata, te puede hacer más fuerte si aprendes de él y te hace sentir vivo.
Ay que tener la seguridad de que el dolor acaba por marcharse!!!!!
El duelo es un proceso de ajuste emovional, durante el cual diversas emociones compiten entre si. El proceso incluye etapas diferentes.

Par completar el proceso de curación hay que experimentarlas todas.

- Impacto. Una sensación de paralización, desorientación e incredulidad. Se bloquean las emociones y es díficil concentrase en las tareas diarias. La etapa puede durar un día o un mes .
- Negación. Hay personas que se estancan en esta etapa durante años, con la esperanza de que vuelva la persona que se fue.
- Pena y depresión. Esta emoción puede afectar tanto al que abandona como al abandonado. La pena puede conducir a la depresión y es entonces cuando la persona se puede quedar estancada, a veces durante años.
El final de una relación puede ser un nuevo inocio, pero durante el proceso de superación de la ruptura es frecuente caer en conductas autodestructivas.
- Culpa. Psiblemente debido a la idea de fracaso, Al pensar sobre que fue lo que falló.
Si algo tiene de positiva la culpa, es que ayuda a hacer cambios en el futuro. Si no se consige superar la culpà, no es posible finalizar el duelo.
-Rabia. La presencia de la rabia es algo completamente normal durante el duelo. Aunque no hay a nadie a quien culpar. E l lado positivo es que ayuda a sobre llevar los malos momentos y motiva para reconstruir la vida, esto indica que se esta superando la pena.
Otras veces la rabia se materializa con otra relación, hay personas que permanecen rabiosas durante años, lo cual indica que siguen ligados emocionalmente a sus exparejas de un modo destructivo.
- Resignación. El adiós. Esta es la transición más difícil del proceso del duelo. Hay que liberarse de ella por completo.
- Reconstrucción. La persona vuelve a central la atención en sí mismo y en sus propias necesidades y se vuelve a desear conocer a otras personas. Lapersona se siente mejor pero necesita construir su fortaleza desarrollando el amor propio y la seguridad en sí misma.

Superar el abandono de la persona amada no es una tarea fácil , de hecho muchísima gente queda en el camino y pasa años atada a recuerdos, que le impiden ser felices porque viven añorando a parejas que nunca más van a estar en sus vidas.

Son muchas las cosas que se pueden hacer para superar este transe difícil, desde recetas mágicas hasta trabajos introspectivos de la personalidad, hay un mundo de soluciones posibles para dejar de sufrir por el ser amado que nos dejó. “La clave es dejar de ser idealistas - dice Graciela Cafici, psicóloga - estas personas tienen una autoestima muy baja y suelen no aceptar la realidad”.

Apatía, desinterés, desgano, falta de hambre, e insomnio son sólo algunos de los síntomas más evidentes que manifiestan estos estados depresivos provocados por la negación del abandono.

Víctor tiene 25 años, salió tres meses con una chica que conoció en el trabajo, “me dio vuelta la cabeza - aseguró convencido - a tal punto que a los dos meses y medio le propuse casamiento”. Por supuesto ella no aceptó y no sólo rechazó la propuesta, sino que a las pocas semanas terminó la relación argumentando que él “no estaba a su altura”.

Aunque parezca un poco exagerado, hay muchos que se tiran a la pileta sin más, y se incrustan contra el piso, porque en la caída se dan cuenta que no había agua. Graciela Cafici asegura que estas personas que viven aferradas a amores que se fueron, no pueden aceptar la realidad, “porque para ellos es imposible entender que el otro no los quiere más y está haciendo su vida al margen de ellos”.

“Desde que me dejó mi novia hace dos años - recuerda Víctor - no pude estar con nadie más, en cada chica que salía conmigo trataba de reflejarla, le regalaba la ropa que usaría ella, y trataba de hacer las mismas cosas que hubiera hecho con ella”.

Graciela Cafici dice que hay que elaborar el duelo y aceptar que esa persona no quiere saber más nada con vos, para eso la ayuda profesional en los casos más extremos es fundamental, “porque muchas veces el sufrimiento por este abandono, refleja abandonos que sufrió la persona antes, y que no pudo procesar correctamente”.

Lo bueno es saber que cuando perdés algo, también ganás, por eso hay que resignificar la pérdida, y convertirla en algo positivo que se acople en tu galería de recuerdos sin impedir la felicidad en el presente.





CLAVES PARA SUPERAR EL DESAMOR
Aceptá la realidad, ese es el primer paso para superar tu crisis de abandono.
Superá el deseo imposible, a pesar de que quieras que esa persona vuelva, tenés que sobreponerte y superar esa expectativa.
Viví el duelo tranquilamente, es decir date un tiempo para elaborar esta pérdida, llorá si tenés ganas, desahogate todo lo que necesites, llegá hasta el fondo del pozo, y después, tomá firmemente la decisión de salir a la superficie y recuperar la alegría.
También es muy importante que puedas perdonar íntimamente a la otra persona, aunque ya no la veas y lo hagas sólo en tu mente. Para superar la crisis tenés que saber internamente que ya no la culpás por haberte dejado.
Valorate y querete, reencontrate con tus cualidades, no pienses sólo en tus partes negativas, subí la autoestima y recuperá la confianza.
El tiempo es la mejor medicina para estas cuestiones, distraete, salí, divertite y conseguite un buen partenaire que te acompañe y te de toda la felicidad que buscás.





HECHIZO DE DUELO... Cuando la ciencia no alcanza .



Jimena La Torre es una tarotista muy consultada por estas cuestiones, asegura que no hay recetas mágicas pero sí energías que pueden reorientarse.

“Si la persona está en vías de poder zafar - asegura Jimena - le recomiendo un hechizo de duelo, una tarea simple que paso a contarles:

Juntá todas las cosas que nos quedaron de esa persona, y hacé una lista con lo bueno y lo malo que te quedó de esa etapa.

Un sábado (ojo tiene que ser sábado por la noche) quemá todo.


Comprate una botella de vino y emborrachate (lo ideal es estar con un amigo que te pueda contener).

Pasá toda la noche cantando y sacando todo lo que tenemos adentro.

El domingo, que astrológicamente es el día del Sol y la Conciencia, podremos volver a atarnos a la realidad y dejar atrás el amor que nos abandonó.”