Ésta es la historia de un cisne que se creía patito feo.
De niña se miraba al espejo y se veía fea, ese sentimiento la embargaba de tristeza y la hacía sentir muy poca cosa. Notaba cada uno de sus defectos, es más, descubría hasta los que no tenía. Estas pequeñas cosas no la afeaban en absoluto, es más, le daban un toque de distinción poco frecuente, sin embargo, ella estaba convencida de su fealdad. Otros la miraban y le decían cosas lindas, pero ella estaba segura de que era un patito feo, ésta era su percepción. Entonces así era su realidad. Se vestía, hablaba y se comportaba como un patito feo. Y generaba situaciones para justificar su modelo del mundo: burlas en la escuela, poca adaptabilidad con sus compañeros de clase, todo lo necesario para que este sentimiento que ella percibía como la realidad realmente lo fuese.
Con el tiempo fue creciendo y se transformó en un bello cisne joven. Pero ella no lo sabía. No entendía los halagos o las miradas que solía provocar en los jóvenes del sexo opuesto, ya que asumía que no era merecedora de ellos. Su mapa mental de patito feo le impedía hacer las elecciones que hubiera querido: sólo se permitía ser elegida, sin seleccionar demasiado sus compañías. Obvio, era el patito feo, ¡qué iba a elegir ella, gracias que se le acercaban!
Y tuvo varios tropiezos amorosos, productos de su baja autoestima, sin entender nunca por qué a veces lograba llamar la atención de alguien que eventualmente llegaba a quererla, ¡si era tan poca cosa!
Hasta que un día, sumida en gran infelicidad, buscó consuelo en una amistad cercana. Al escuchar lo que le decían, por primera vez se preguntó: ¿y si fuese cierto? ¿Y si durante años me quedé en lo malo conocido en vez de abrirme a lo nuevo por conocer? Decidió buscar respuestas. Cada persona que encontraba le hacía notar otra cosa linda y buena que ella tenía y jamás había descubierto. Su modelo del mundo se iba transformando. ¡Imaginen su sorpresa al verse desde afuera, desde el punto de vista de las otras personas! Se dio cuenta de que no era ningún patito feo, sino un cisne majestuoso, lleno de lindas virtudes. Los filtros con los que percibía su propia realidad estaban distorsionados. Así de simple.
Ahora su vida ha cambiado, es feliz, toma sus propias decisiones, está muy conectada con las otras personas desde su verdadera esencia. Ella siente que se trasformó en quien siempre quiso ser, que es en realidad quien siempre había sido: un bello cisne. ¡Sólo que ella no lo sabía!
¿Hay algún área de tu vida en la que eres un cisne y tal vez no te diste cuenta?
Blog personal de Merlina Meiler ( recomendado! ): http://www.mejoraemocional.com/
martes, 23 de junio de 2009
Los que ya no están Merlina Meiler
A todos en nuestra vida nos toca, en determinado momento, despedirnos de algún ser querido. Algunos tienen la enorme fortuna de hacerlos de grande, a otros nos toca de más pequeños. Creo que a cualquier edad en la que nos suceda la medida del dolor es igual, ya que no estamos preparados para enfrentarnos a semejante vacío.
Sabemos de manera consciente que el despedirnos de nuestros mayores en algún punto de nuestro recorrido de vida es algo que por ley natural sucederá. Probablemente hayamos discurrido montones de veces acerca de este instante temido. Le dimos vueltas en nuestra cabecita tratando de imaginar cómo seguiríamos viviendo, cómo serían las cosas, y sin embargo nada se parece a la realidad cuando ese momento llega. Todo lo que hayamos elucubrado e incluso planificado quedará cegado por el dolor y por reacciones que tal vez hasta parezcan incomprensibles.
En un primer momento puede ser que experimentes un gran dolor y que no sepas bien qué hacer ni cómo seguir adelante. Créeme que encontrarás el camino mucho antes de lo que te imaginas, se ha producido un cambio importante en tu entorno y hasta que las cosas se acomoden de acuerdo con el nuevo orden, va a haber un período de adaptación lógico. Permítete expresar tus sentimientos de la manera que necesites hacerlo, ya que sólo tú conoces el mejor modo de exteriorizar lo que te está pasando ahora.
Se dice que al perder seres queridos queda un vacío muy grande en nuestra vida. Pues te voy a cambiar la imagen, ya que no es así completamente. Déjame decirte que es bien real que se produce cierto vacío, pero es parcial solamente. No veremos más a ese ser tan allegado a nosotros, esto sí que es una realidad, y también es cierto que dentro de nosotros quedará su memoria viva para siempre. Podremos evocar una y mil veces los momentos que pasamos juntos, y, en especial, podremos conectarnos desde los sentimientos con todo lo que esa persona nos hizo sentir, mientras tuvimos la felicidad de que estuviera a nuestro alrededor. Al conectarte con tu capacidad de percibir lo mismo que sentías con la cercanía de esta persona, o con sus palabras, verás que cuentas con la posibilidad de sentirte cerca de su alma permanentemente.
Evocar los sentimientos que nos producían los ratos compartidos, con sus peculiaridades, nos hará entender que esas sensaciones nos pertenecen en su totalidad, ya que estamos llenos de las emociones que esta persona aportó a nuestra existencia. Tal vez al recordar trozos de la vida que compartimos aparezca algún momento que preferirías que no hubiera sucedido, o que te produce cierto pesar, pues bien, al recordarlo te darás cuenta de que sólo es una parte más de la vida, no todas son rosas, siempre encontramos "una de cal y una de arena" en las relaciones humanas. Tal vez (y aunque no te hayas percatado de ello) los momentos difíciles enriquecieron esta relación y por eso hoy esta persona significa tanto para ti. Es bueno que así sea, los seres pasan a nuestro lado por algo, y seguramente a quien hoy añoras jugó un papel importante en tu vida.
Con el tiempo, los cambios que se producirán inexorablemente se asentarán y hallarás otra forma de ver la vida y de encarar el futuro. Las emociones, las enseñanzas y todo lo bueno que esta persona hizo quedarán grabados dentro de ti. Ya sabes que hay algo que nadie podrá quitarte nunca, y es el sentimiento único que vive hacia la persona que partió. Y esto sí que es algo bueno y positivo.
Sabemos de manera consciente que el despedirnos de nuestros mayores en algún punto de nuestro recorrido de vida es algo que por ley natural sucederá. Probablemente hayamos discurrido montones de veces acerca de este instante temido. Le dimos vueltas en nuestra cabecita tratando de imaginar cómo seguiríamos viviendo, cómo serían las cosas, y sin embargo nada se parece a la realidad cuando ese momento llega. Todo lo que hayamos elucubrado e incluso planificado quedará cegado por el dolor y por reacciones que tal vez hasta parezcan incomprensibles.
En un primer momento puede ser que experimentes un gran dolor y que no sepas bien qué hacer ni cómo seguir adelante. Créeme que encontrarás el camino mucho antes de lo que te imaginas, se ha producido un cambio importante en tu entorno y hasta que las cosas se acomoden de acuerdo con el nuevo orden, va a haber un período de adaptación lógico. Permítete expresar tus sentimientos de la manera que necesites hacerlo, ya que sólo tú conoces el mejor modo de exteriorizar lo que te está pasando ahora.
Se dice que al perder seres queridos queda un vacío muy grande en nuestra vida. Pues te voy a cambiar la imagen, ya que no es así completamente. Déjame decirte que es bien real que se produce cierto vacío, pero es parcial solamente. No veremos más a ese ser tan allegado a nosotros, esto sí que es una realidad, y también es cierto que dentro de nosotros quedará su memoria viva para siempre. Podremos evocar una y mil veces los momentos que pasamos juntos, y, en especial, podremos conectarnos desde los sentimientos con todo lo que esa persona nos hizo sentir, mientras tuvimos la felicidad de que estuviera a nuestro alrededor. Al conectarte con tu capacidad de percibir lo mismo que sentías con la cercanía de esta persona, o con sus palabras, verás que cuentas con la posibilidad de sentirte cerca de su alma permanentemente.
Evocar los sentimientos que nos producían los ratos compartidos, con sus peculiaridades, nos hará entender que esas sensaciones nos pertenecen en su totalidad, ya que estamos llenos de las emociones que esta persona aportó a nuestra existencia. Tal vez al recordar trozos de la vida que compartimos aparezca algún momento que preferirías que no hubiera sucedido, o que te produce cierto pesar, pues bien, al recordarlo te darás cuenta de que sólo es una parte más de la vida, no todas son rosas, siempre encontramos "una de cal y una de arena" en las relaciones humanas. Tal vez (y aunque no te hayas percatado de ello) los momentos difíciles enriquecieron esta relación y por eso hoy esta persona significa tanto para ti. Es bueno que así sea, los seres pasan a nuestro lado por algo, y seguramente a quien hoy añoras jugó un papel importante en tu vida.
Con el tiempo, los cambios que se producirán inexorablemente se asentarán y hallarás otra forma de ver la vida y de encarar el futuro. Las emociones, las enseñanzas y todo lo bueno que esta persona hizo quedarán grabados dentro de ti. Ya sabes que hay algo que nadie podrá quitarte nunca, y es el sentimiento único que vive hacia la persona que partió. Y esto sí que es algo bueno y positivo.
Épocas de des-conexión Merlina Meiler
En estos tiempos en los que parece que estamos híper conectados con el mundo que nos rodea, tengo la sensación que nuestro nivel de desconexión personal es aún más alto que en las épocas en que no existía la TV o que había pocos teléfonos en las ciudades...
Tenemos inalámbricos, celulares, iPhones, PDAs, Blackberries, Palms, Internet en todos lados, TV satelital o por cable, Facebook...
Recibimos marejadas de información todos los días, mucha de la cual a duras penas podemos procesar sin angustiarnos o indignarnos. Las malas noticias vuelan en estos días, cual aviones siniestrados. Esto nos da la sensación de estar comunicados con todo el mundo, pero es solo ilusoria.
La realidad es que nos cuesta mucho conectarnos con nosotros mismos, con los demás, e incluso con Dios (para los creyentes). Muchos seres viven angustiados o deprimidos, sin saber exactamente qué hacer para mejorar sus vidas. Las sensaciones desagradables, especialmente la soledad, en muchos casos pueden alejarse e incluso erradicarse aumentando las conexiones personales. Es simple y solo lleva unos minutos...
TRES PUNTOS DE CONEXIÓN
¿Con qué frecuencia nos proponemos estar más atentos a nuestros deseos, inquietudes, necesidades? ¿Te conoces y te respetas lo suficiente? Un problema grande es una serie de problemas más pequeños no resueltos... ¿y si comenzáramos, por ejemplo, hoy mismo, a prestarnos real atención para darnos cuenta de qué nos haría más felices o nos evitaría un disgusto posterior?
En segundo lugar, mejoremos la conexión interpersonal, con la gente que nos rodea. Un mail esporádico no alcanza, esta semana es un buen momento para estar presente en la vida de quienes queremos, escuchar su voz, ver sus sonrisas, prestar atención a lo que tienen para decirnos y abrirnos a lo que tengan para compartir con nosotros. ¡Es tiempo bien invertido!
Por último, si eres creyente, ¿crees que tu conexión con Dios es la mejor que puedes tener? ¿Ocupa en tu vida el lugar que debería? ¿Haces algo de lo posible para ser mejor persona y sentirte más cerca?
Creo que enfocarnos en estos tres puntos puede resultar en una gran mejoría emocional. ¿A cuál de los tres le prestarás particular atención primero?
Tenemos inalámbricos, celulares, iPhones, PDAs, Blackberries, Palms, Internet en todos lados, TV satelital o por cable, Facebook...
Recibimos marejadas de información todos los días, mucha de la cual a duras penas podemos procesar sin angustiarnos o indignarnos. Las malas noticias vuelan en estos días, cual aviones siniestrados. Esto nos da la sensación de estar comunicados con todo el mundo, pero es solo ilusoria.
La realidad es que nos cuesta mucho conectarnos con nosotros mismos, con los demás, e incluso con Dios (para los creyentes). Muchos seres viven angustiados o deprimidos, sin saber exactamente qué hacer para mejorar sus vidas. Las sensaciones desagradables, especialmente la soledad, en muchos casos pueden alejarse e incluso erradicarse aumentando las conexiones personales. Es simple y solo lleva unos minutos...
TRES PUNTOS DE CONEXIÓN
¿Con qué frecuencia nos proponemos estar más atentos a nuestros deseos, inquietudes, necesidades? ¿Te conoces y te respetas lo suficiente? Un problema grande es una serie de problemas más pequeños no resueltos... ¿y si comenzáramos, por ejemplo, hoy mismo, a prestarnos real atención para darnos cuenta de qué nos haría más felices o nos evitaría un disgusto posterior?
En segundo lugar, mejoremos la conexión interpersonal, con la gente que nos rodea. Un mail esporádico no alcanza, esta semana es un buen momento para estar presente en la vida de quienes queremos, escuchar su voz, ver sus sonrisas, prestar atención a lo que tienen para decirnos y abrirnos a lo que tengan para compartir con nosotros. ¡Es tiempo bien invertido!
Por último, si eres creyente, ¿crees que tu conexión con Dios es la mejor que puedes tener? ¿Ocupa en tu vida el lugar que debería? ¿Haces algo de lo posible para ser mejor persona y sentirte más cerca?
Creo que enfocarnos en estos tres puntos puede resultar en una gran mejoría emocional. ¿A cuál de los tres le prestarás particular atención primero?
Amor y dolor Merlina Meiler
Te cuesta entablar una relación profunda con alguien, aunque lo que más desearías es tener una pareja estable con quien compartir tu vida y planificar un futuro de a dos. Pero la sola imagen de tan idílica situación te provoca miedo, inseguridad, te sientes demasiado vulnerable, temes sufrir... ¿sabes que tienes "anclados" amor y dolor en el mismo lugar?
Las experiencias traumáticas marcan nuestras vidas, tanto si las recordamos tanto si las recordamos como si no sabemos qué las han causado. Son las tan conocidas "anclas negativas": vemos una pintura que nos recuerda algún momento triste, o escuchamos una canción que nos trasporta a otra situación de dolor, incluso un perfume puede hacernos recordar a alguien que ya no está a nuestro lado. Algunas están muy marcadas y han sido provocadas por situaciones que tenemos muy presentes: la pérdida de un ser querido, un abandono, un engaño. Hay otras que no recordamos y que también tienen un efecto poderoso en nuestra manera de actuar aquí y ahora.
Quienes hemos pasado por tales experiencias desarrollamos la capacidad de separarnos emocionalmente de situaciones difíciles o que de algún modo requieren de nuestro compromiso emocional, y así vamos creando la estructura de nuestra personalidad. Somos exitosos en distintas áreas de nuestra vida, como la profesional, la académica, incluso la social, ya que somos populares con nuestros amigos o en la comunidad, pero carecemos de las herramientas necesarias para construir una pareja sólida porque nos da miedo e incluso pánico sufrir nuevamente si nos involucramos en profundidad con alguien desde el amor: ya lo hemos experimentado, y la sola idea nos genera dolor. Tenemos anclas que se disparan a nivel inconsciente, pero el lado poco feliz es que al alejarnos de la idea del dolor que nos provocaría una ruptura o un engaño si entregamos nuestro corazón a otra persona nos estamos alejando también de la posibilidad de enamorarnos plenamente y de vivir experiencias que enriquecerían y llenarían de satisfacción nuestra vida personal. Nuestro inconsciente ancló amor y dolor simultáneamente en algún punto.
PASOS A SEGUIR
¿Cuál es el camino de retorno hacia una vida feliz y plena? Ya has dado el primer paso, te has dado cuenta, a nivel consciente, de lo que está sucediendo.
El segundo paso es el de volver a la situación anterior a la que te provocó que asociaras amor y dolor. O sea, ¿te acuerdas de cómo eras antes, cuando eras pequeño o más joven y no tenías estos conflictos? Lo que harás es conectarte nuevamente con ese estado inicial de capacidad de amar, confianza y plenitud que en algún momento de tu vida tuviste y después las circunstancias te hicieron modificar. No es importante que recuerdes precisamente qué hecho lo produjo, es más, puede que consideres que es uno y tal vez la experiencia traumática fue otra que tu consciente no recuerda, pero que tu inconsciente sí.
Entonces, el objetivo es recrear tu capacidad de enamorarte plenamente, la tienes dentro de ti, intacta, en un momento del pasado. Te propongo que lo hagas ahora, revívela, rememórala, siente cómo eras en esa época de inocencia. Y que por unos días, dos o tres por ejemplo, recrees y te reconectes con tu capacidad de sorpresa, de amar, de confiar que tenías cuando eras niño (o niña). Sólo por unos días, abre tus sentidos, cree, confía, ama, sueña, ríe, disfruta...
Las experiencias traumáticas marcan nuestras vidas, tanto si las recordamos tanto si las recordamos como si no sabemos qué las han causado. Son las tan conocidas "anclas negativas": vemos una pintura que nos recuerda algún momento triste, o escuchamos una canción que nos trasporta a otra situación de dolor, incluso un perfume puede hacernos recordar a alguien que ya no está a nuestro lado. Algunas están muy marcadas y han sido provocadas por situaciones que tenemos muy presentes: la pérdida de un ser querido, un abandono, un engaño. Hay otras que no recordamos y que también tienen un efecto poderoso en nuestra manera de actuar aquí y ahora.
Quienes hemos pasado por tales experiencias desarrollamos la capacidad de separarnos emocionalmente de situaciones difíciles o que de algún modo requieren de nuestro compromiso emocional, y así vamos creando la estructura de nuestra personalidad. Somos exitosos en distintas áreas de nuestra vida, como la profesional, la académica, incluso la social, ya que somos populares con nuestros amigos o en la comunidad, pero carecemos de las herramientas necesarias para construir una pareja sólida porque nos da miedo e incluso pánico sufrir nuevamente si nos involucramos en profundidad con alguien desde el amor: ya lo hemos experimentado, y la sola idea nos genera dolor. Tenemos anclas que se disparan a nivel inconsciente, pero el lado poco feliz es que al alejarnos de la idea del dolor que nos provocaría una ruptura o un engaño si entregamos nuestro corazón a otra persona nos estamos alejando también de la posibilidad de enamorarnos plenamente y de vivir experiencias que enriquecerían y llenarían de satisfacción nuestra vida personal. Nuestro inconsciente ancló amor y dolor simultáneamente en algún punto.
PASOS A SEGUIR
¿Cuál es el camino de retorno hacia una vida feliz y plena? Ya has dado el primer paso, te has dado cuenta, a nivel consciente, de lo que está sucediendo.
El segundo paso es el de volver a la situación anterior a la que te provocó que asociaras amor y dolor. O sea, ¿te acuerdas de cómo eras antes, cuando eras pequeño o más joven y no tenías estos conflictos? Lo que harás es conectarte nuevamente con ese estado inicial de capacidad de amar, confianza y plenitud que en algún momento de tu vida tuviste y después las circunstancias te hicieron modificar. No es importante que recuerdes precisamente qué hecho lo produjo, es más, puede que consideres que es uno y tal vez la experiencia traumática fue otra que tu consciente no recuerda, pero que tu inconsciente sí.
Entonces, el objetivo es recrear tu capacidad de enamorarte plenamente, la tienes dentro de ti, intacta, en un momento del pasado. Te propongo que lo hagas ahora, revívela, rememórala, siente cómo eras en esa época de inocencia. Y que por unos días, dos o tres por ejemplo, recrees y te reconectes con tu capacidad de sorpresa, de amar, de confiar que tenías cuando eras niño (o niña). Sólo por unos días, abre tus sentidos, cree, confía, ama, sueña, ríe, disfruta...
Amor para toda la vida Merlina Meiler
¿Existe el amor para toda la vida, en una pareja?
Ésta es una premisa que nuestras abuelas daban por sentado en todo momento, y en la actualidad se ha llegado incluso a descreer que realmente pueda suceder. En nuestros días, la mayoría de la gente se junta o se casa con el deseo de que la unión perdure para siempre - lo verbalicen o no, aunque hay una sensación generalizada de que las uniones duran cada vez menos, que hay cada vez más gente sola, que es fácil salir de una relación e iniciar la siguiente...
Si tenemos la intención, bien puede transformarse en algo concreto. Estoy convencida de que el amor para toda la vida puede ser una realidad para ti, si confías en que realmente existe y te dedicas a encontrar a una persona que piense como tú No toda la gente tiene las mismas ideas con respecto a las relaciones, y es un error bastante común proyectar ideas propias en el otro y suponer que la persona que nos atrae o que ya está al lado nuestro tiene los mismos valores que nosotros - en general, y en este tema, en especial. Si quieres saber qué piensa esa otra persona, pregúntaselo claramente: si quiere tener un vínculo estable, apostar a un futuro juntos, conformar una familia. Fíjate si lo que dice es congruente con lo que hace o vino haciendo en el pasado: esto te ahorrará desilusiones posteriores por no tener los mismos objetivos o sueños en un área tan importante de tu bienestar emocional. ¡No aceptes menos de lo que deseas!
¿Qué puedes hacer para alimentar el amor para toda la vida? Nada asegura por completo que una pareja permanezca unida "hasta que la muerte los separe", pero si los dos miembros de la pareja se ocupan de trabajar para que la pareja funcione, ya es un buen augurio para que esto suceda. Además, el respeto, la fidelidad, la paciencia y el compañerismo son algunas de las premisas que auguran la continuidad feliz del vínculo.
¿Crees en el amor para toda la vida?
Ésta es una premisa que nuestras abuelas daban por sentado en todo momento, y en la actualidad se ha llegado incluso a descreer que realmente pueda suceder. En nuestros días, la mayoría de la gente se junta o se casa con el deseo de que la unión perdure para siempre - lo verbalicen o no, aunque hay una sensación generalizada de que las uniones duran cada vez menos, que hay cada vez más gente sola, que es fácil salir de una relación e iniciar la siguiente...
Si tenemos la intención, bien puede transformarse en algo concreto. Estoy convencida de que el amor para toda la vida puede ser una realidad para ti, si confías en que realmente existe y te dedicas a encontrar a una persona que piense como tú No toda la gente tiene las mismas ideas con respecto a las relaciones, y es un error bastante común proyectar ideas propias en el otro y suponer que la persona que nos atrae o que ya está al lado nuestro tiene los mismos valores que nosotros - en general, y en este tema, en especial. Si quieres saber qué piensa esa otra persona, pregúntaselo claramente: si quiere tener un vínculo estable, apostar a un futuro juntos, conformar una familia. Fíjate si lo que dice es congruente con lo que hace o vino haciendo en el pasado: esto te ahorrará desilusiones posteriores por no tener los mismos objetivos o sueños en un área tan importante de tu bienestar emocional. ¡No aceptes menos de lo que deseas!
¿Qué puedes hacer para alimentar el amor para toda la vida? Nada asegura por completo que una pareja permanezca unida "hasta que la muerte los separe", pero si los dos miembros de la pareja se ocupan de trabajar para que la pareja funcione, ya es un buen augurio para que esto suceda. Además, el respeto, la fidelidad, la paciencia y el compañerismo son algunas de las premisas que auguran la continuidad feliz del vínculo.
¿Crees en el amor para toda la vida?
sábado, 6 de junio de 2009
Filtros perceptivos y relaciones de pareja - Merlina Meiler
Al principio, tus relaciones marchan sobre ruedas. ¡El amor, ah, el amor! Todo es color de rosa. Con el correr del tiempo, comienzas a ver en el otro, defectos que al principio no notabas. Desafortunadamente, la persona con la que te encuentras no es como realmente suponías, y te desencantas. Si esto te ha sucedido en varias oportunidades, tal vez sea recomendable que eches un vistazo a tus filtros perceptivos y los adecúes para lograr relaciones amorosas más duraderas.
Antes que nada, este artículo va dirigido a aquellas personas que desean lograr una pareja estable, y se ven inmersas en situaciones relativamente fugaces. Si esto no te molesta en absoluto, es más, esta forma de vincularte te hace sentir bien, ¡pues adelante! Es tu manera de establecer una conexión romántica satisfactoria, y si estar inmerso o inmersa en este tipo de relaciones es tu clave para una vida feliz, disfrútalas con la mayor honestidad posible, hacia ti y hacia los demás seres involucrados.
El conflicto se presenta frente a quienes desean entablar un vínculo formal y perdurable, pero que al poco tiempo de haberla iniciado se desencantan por actitudes o defectos que descubren en la otra persona. Esto es algo que siempre puede pasar, ya que es imposible conocer el 100% de quienes nos rodean aunque convivamos con ellos durante largos años. No obstante, es posible poner un punto final a una serie de desengaños amorosos a repetición, si usamos nuestros filtros perceptivos a nuestro favor, en vez de dejarnos dominar por ellos.
Nuestra manera de percibir el mundo es a través de filtros perceptivos que tienen un efecto trascendental en cómo nos sentimos. Estos filtros están constituidos por todas las presunciones que tenemos acerca de la realidad que nos rodea, nuestras creencias, las actitudes que adoptamos en relación con nosotros mismos y otras personas, las experiencias pasadas, nuestras expectativas sobre el momento actual y la manera en la cual experimentamos toda esta información. A nosotros nos parece que estos filtros son "la verdad" o "la realidad", ya que procesamos todo desde nuestro punto de vista y le damos nuestra propia y particular interpretación.
Si al conocer a una nueva persona la tomamos en cuenta desde la perspectiva de que será nuestra media naranja o el príncipe azul, le estaremos endilgando a ese individuo la responsabilidad de nuestra satisfacción personal y plenitud emocional. ¡Los príncipes azules destiñen! Mejor enfócate en la búsqueda de una pareja que te complemente en algunos aspectos y aumente tu sensación de plenitud y bienestar, si no estarás alimentando una relación de dependencia en la que te resulta completamente indispensable distorsionar los filtros de la realidad para que se sostenga.
Para ver el mundo de otra manera, cambia los filtros perceptivos con los que lo miras y tu realidad cambiará de igual modo. La próxima vez que te relaciones con alguien, decide tú qué filtros vas a utilizar desde el comienzo. Una opción es elegir, por ejemplo, aplicar el filtro perceptivo de ver a la otra persona tal cual es, con nitidez: que sea alguien que te respete, trabaje, tenga valores como la sinceridad y el compañerismo, o lo que tú creas importante y priorices; no mires a la otra persona como la salvación de tu vida o quien llenará un vacío existencial, para no terminar nuevamente en una desilusión.
Si estás en una relación de pareja, esto le dará una nueva perspectiva al vínculo. Sólo se puede evitar ver la realidad por un tiempo determinado, y esto consume demasiada energía. Al cambiar los filtros perceptivos verás cosas que te agradan y te desagradan del otro. Créeme que es bien posible estar enamorado de alguien que ronca, es un tanto desordenado o se pone de mal humor al manejar su auto por el centro de la ciudad - estas características distintivas son las que en definitiva dan un color cálido y peculiar a las relaciones humanas.
Antes que nada, este artículo va dirigido a aquellas personas que desean lograr una pareja estable, y se ven inmersas en situaciones relativamente fugaces. Si esto no te molesta en absoluto, es más, esta forma de vincularte te hace sentir bien, ¡pues adelante! Es tu manera de establecer una conexión romántica satisfactoria, y si estar inmerso o inmersa en este tipo de relaciones es tu clave para una vida feliz, disfrútalas con la mayor honestidad posible, hacia ti y hacia los demás seres involucrados.
El conflicto se presenta frente a quienes desean entablar un vínculo formal y perdurable, pero que al poco tiempo de haberla iniciado se desencantan por actitudes o defectos que descubren en la otra persona. Esto es algo que siempre puede pasar, ya que es imposible conocer el 100% de quienes nos rodean aunque convivamos con ellos durante largos años. No obstante, es posible poner un punto final a una serie de desengaños amorosos a repetición, si usamos nuestros filtros perceptivos a nuestro favor, en vez de dejarnos dominar por ellos.
Nuestra manera de percibir el mundo es a través de filtros perceptivos que tienen un efecto trascendental en cómo nos sentimos. Estos filtros están constituidos por todas las presunciones que tenemos acerca de la realidad que nos rodea, nuestras creencias, las actitudes que adoptamos en relación con nosotros mismos y otras personas, las experiencias pasadas, nuestras expectativas sobre el momento actual y la manera en la cual experimentamos toda esta información. A nosotros nos parece que estos filtros son "la verdad" o "la realidad", ya que procesamos todo desde nuestro punto de vista y le damos nuestra propia y particular interpretación.
Si al conocer a una nueva persona la tomamos en cuenta desde la perspectiva de que será nuestra media naranja o el príncipe azul, le estaremos endilgando a ese individuo la responsabilidad de nuestra satisfacción personal y plenitud emocional. ¡Los príncipes azules destiñen! Mejor enfócate en la búsqueda de una pareja que te complemente en algunos aspectos y aumente tu sensación de plenitud y bienestar, si no estarás alimentando una relación de dependencia en la que te resulta completamente indispensable distorsionar los filtros de la realidad para que se sostenga.
Para ver el mundo de otra manera, cambia los filtros perceptivos con los que lo miras y tu realidad cambiará de igual modo. La próxima vez que te relaciones con alguien, decide tú qué filtros vas a utilizar desde el comienzo. Una opción es elegir, por ejemplo, aplicar el filtro perceptivo de ver a la otra persona tal cual es, con nitidez: que sea alguien que te respete, trabaje, tenga valores como la sinceridad y el compañerismo, o lo que tú creas importante y priorices; no mires a la otra persona como la salvación de tu vida o quien llenará un vacío existencial, para no terminar nuevamente en una desilusión.
Si estás en una relación de pareja, esto le dará una nueva perspectiva al vínculo. Sólo se puede evitar ver la realidad por un tiempo determinado, y esto consume demasiada energía. Al cambiar los filtros perceptivos verás cosas que te agradan y te desagradan del otro. Créeme que es bien posible estar enamorado de alguien que ronca, es un tanto desordenado o se pone de mal humor al manejar su auto por el centro de la ciudad - estas características distintivas son las que en definitiva dan un color cálido y peculiar a las relaciones humanas.
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